Policía evitó que roben estatuas de Héctor Lavoe y Celia Cruz

Según el parte policial, sucedió la misma noche que unos delincuentes arrancaron la escultura de Lucho Rospigliosi Carranza.

Este es el parte policial al que tuvo acceso Salserísimo Perú.

Por: Antonio Alvarez Ferrando

«Siendo las 21:10 horas aproximadamente se escuchó un ruido muy fuerte que al parecer provenía de la plazuela que está al costado de la prefectura (…), al momento que me percaté había un grupo de jóvenes golpeando las estatuas de personajes de la salsa».

Esta es la escena que describe el suboficial brigadier Luis Rengifo Pachas en el parte policial en el que cuenta lo sucedido la noche del 11 de diciembre del 2017 en la plazoleta de los salseros, a la altura de la cuadra dos del jirón Constitución en el Callao, frente a la iglesia Matriz.

Esa noche, según contó Rengifo Pachas en exclusiva a Salserísimo Perú, hubo un apagón parcial en la zona y se encontraba en la puerta de la Divincri, colindante con la plazoleta que alberga la colección más importante de esculturas de personajes de la salsa en el Perú.

Según el suboficial, los delincuentes eran varios y no solo se encontraban terminando de arrancar el grueso perno que sujetaba la estatua de Lucho Rospigliosi Carranza, el Patriarca de la Salsa en el Perú, sino también estaban forzando las estatuas de Héctor Lavoe y Celia Cruz.

«De forma inmediata, personal PNP impidió que estos sujetos sigan con su propósito y al notar presencia policial se dieron a la fuga dejando botada la estatua de Luis Rospigliosi, la cual fue rescatada presentando varios quiñes en su estructura pero visiblemente completa», sostiene en el parte.

El perno que sostenía la estatua fijada a la banca habría sido reventado con una comba.

El suboficial Rengifo Pachas nació en el Rímac pero se crió en la urbanización Tarapacá en el Callao. De ahí heredó el gusto por la salsa y la afición de comprar casetes en El Pérsico de Lucho Peña, gran amigo de Lucho Rospigliosi, a inicios de los años 90. Aunque desconocía quién era Lucho Rospigliosi, sabía de la importancia de estar junto a algunos de los personajes más importantes de la salsa. Por eso cuidó la estatua «del viejo» el tiempo que lo tuvo en su oficina, ubicada en el sótano de la Divincri.

En cuestión de horas, Rengifo se contactó con Luis Capuñay, administrador del Centro Cultural de la Municipalidad del Callao para que reubiquen la estatua. Sin embargo, pasaron los días y la autoridad, según cuenta, no hizo nada. En una siguiente comunicación Capuñay se justificó que estaba enfermo.

En la imagen de la derecha se aprecia a la escultura de Lucho Rospigliosi en las oficinas de la Divincri. (Foto: Fabio Espichán G.)

Luego de permanecer varios días en esa dependencia policial, recién el 28 de diciembre Gerardo García García, presidente de Asocosalsa Perú y promotor de la elaboración de las estatuas, llegó para recoger la escultura en mención.

A cinco cuadras de la plazoleta, en el jirón Constitución 700, hace ya sesenta años, Lucho Rospigliosi programaba en su bar El Sabroso los primeros discos de música tropical y posteriormente la llamada salsa que haría bailar a generaciones hasta hoy.

Por ahora -y como consta en el parte policial en el perímetro de las instalaciones- no existe personal de seguridad de la Municipalidad del Callao, tampoco hay serenos en puestos fijos, lo que demuestra que estas expresiones de la cultura salsera aún está en riesgo. ¿Volverá a lucirse don Lucho Rospigliosi en la plazoleta? Estaremos atentos.

Así luce hoy la plazoleta de los salseros. En la banca de la izquierda se ubicaba la escultura de Lucho Rospigliosi.
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