César Pagano: “La paz tiene que celebrarse con música colombiana y con salsa” [VIDEO]

Desde sus programas ‘Conversación en tiempo de Bolero’ y ‘Songoro Cosongo’, que se difunden en la FM de la radio Javeriana, César Pagano defiende a ultranza la esencia de la música latina. Aquí la charla que sostuvo con Salserísimo Perú.

Por: Martín Gómez V.

En abril de este año visitamos la casa de don César Pagano en Bogotá. En ese momento, en el circuito salsero local de esa ciudad había una polémica pues el festival Salsa al Parque estaba siendo fusionado con Jazz al Parque y con Colombia al Parque. Felizmente, semanas después, el gobierno local dio marcha atrás. De todos modos, es interesante recordar sus palabras en días como hoy, tan trascendentales para este país debido al acuerdo de paz que se busca con la guerrilla.

“Yo no sé quién ha dicho que esta ciudad es rockera. Aquí vienen estimulando esa cultura de un lado de la derecha. Y vienen atentando contra nuestra historia, contra nuestra lengua, porque aquí hablamos castellano. Pero además hay una contradicción. Este año, donde parece que hay un proceso irreversible de paz, yo pregunto ¿cuáles son las músicas más adecuadas para celebrar eso? pues las más optimistas, las más alegres, las de contenido social no individual, las que al mismo tiempo exalten el cuerpo y el alma”, añade sin reparo. Y concluye: «la paz tiene que celebrarse con música colombiana, de las dos costas, sobre todo de la costa del Atlántico, que es tan alegre y entusiasta, y la salsa por supuesto. No creo que con rock se celebre la paz, no me parece. Yo oigo eso y siento a los muchachos como rabiosos, con mucho ruido y poca cadencia. (El rock) es una música importante y además mundial, pero no creo que sea la más adecuada, por ejemplo, para esta coyuntura política en Colombia”.

Esa tarde don César conversó de todo un poco. Y lo musical fue casi el eje de todo. En su mundo, habitan más de 40 mil Lps. También una gran cantidad de libros y cintas magnetofónicas con más de 1,700 entrevistas realizadas a cantantes, músicos, coleccionistas, promotores de la salsa y gente que de una u otra manera está vinculada al arte. Con tal cantidad de información en su poder y con tantos años escuchando música, es comprensible su enfado cuando se refiere a la salsa erótica o al reguetón, movimientos que, en su opinión, son intrascendentes e insulsos.

Pese a ello, en ciudades como Bogotá, con más de 8 millones de habitantes, todavía hay espacio para la exquisitez. Charangas como la Aragón pisan suelo colombiano con frecuencia. «Ellos ya tienen una rutina anual de visita», dice, mientras nos prepara un tinto. «A veces vienen acompañados de otro grupo cubano y arman un mano a mano. Se han ideado encuentros con La Original de Manzanillo. O en Medellín, incluso, se hizo con la orquesta Broadway. Ahora vendrá con Eliades Ochoa. Pero, aquí en Bogotá, hay tanto público que ha tenido la hazaña de presentar dos conciertos el mismo día, uno a las 7 y otro a las 9.30 de la noche. Eso fue en el teatro Colsubsidio. Y se llenó. Bogotá es una plaza propicia para este tipo de charanga».

¿Hay alguna razón especial que conecta a los colombianos con el sonido de esta charanga?

Pero más que todo los que residen en Bogotá. Pienso que aquí hay más nivel cultural, en especial para la música clásica o para el danzón. Tomemos en cuenta que este género está un tanto amenazado y relegado. Bueno, eso aquí se aprecia. Además, Bogotá es una ciudad de mayor mercado.

Es decir, la Orquesta Aragón tiene más éxito en Bogotá que en Cali y Medellín.

Siempre ha sido así. En Cali y en Medellín gustan más las orquestas de metales, los conjuntos, las bandas grandes, los combos de tamaño intermedio y siempre de metales. (En estas ciudades) no hay costumbre de escuchar una música más delicada, más fina, hecha con mucha maestría y con más matices, tal como lo requiere una charanga, que está originada en los grupos de música de cámara que utilizaba Europa. A los cuales se le puso el ritmo, el piano y se hizo esa mistura tan sabrosa que se acostumbra en Cuba.

Ahora que menciona a Cuba ¿qué opina usted de su acercamiento con los Estados Unidos?

Creo que es innegable que económicamente, sobre todo Cuba, va mejorar. Y claro, el mercado norteamericano que necesita posiblemente algunos productos como azúcar, tabaco, música o ron. De lo que no estoy muy seguro es si será lo mismo en cuanto a la cultura y la música, depende de con quién se haga el intercambio. Si lo hiciera con Miami, Cuba estaría perdida. Pues el nivel de superficialidad, de frivolidad, de lo que se hace allí, al menos en la música, a mí no me parece contundente y serio. Por el contrario, encuentro que hay unas ciudades mucho más ricas culturalmente, como Nueva York, Los Ángeles o San Francisco. Ojalá el intercambio cultural se dirigiera a esas mecas, de la cultura y la música, donde puede haber un planteamiento más artístico que comercial.

¿Qué papel va jugar Puerto Rico?

Bueno, Puerto Rico está en una difícil situación económica. Con una deuda de casi 80 mil millones de dólares. Lo cual demuestra algo muy importante: que ninguna potencia busca el desarrollo estable, duradero y sostenible de sus territorios colonizados. Siempre terminan en crisis.

Nosotros lo tenemos aquí con regiones (en el interior). Una de las más ricas de Colombia es el Chocó, que es una selva húmeda y enorme, con mucho oro, madera, ríos abundantes para la pesca. Sin embargo, hoy existe un peligro de contaminación, de extinción y tiene una triste situación de pobreza.

Por ello, constatar lo que ocurre en Puerto Rico es complejo. Allá se está yendo la gente. El nerviosismo es tal que hay una situación de zozobra, el camino es irse a Estados Unidos o a países latinoamericanos.

Sin embargo, la salsa habita en Puerto Rico.

En el último Día Nacional de la Salsa hubo cerca de 30 mil personas, pero casi todos mayores. Es decir, los chicos no van a estos eventos. Y tocaron Willie Rosario, Sonora Ponceña, Charlie Aponte, Eddie Palmieri, Lalo Rodríguez. Pero en fin, hay todavía una fortaleza de la salsa. Y no es una moda, como sí lo fue Nueva York y duró 12 o 15 años.

¿Cree que en nuestros países cuidamos más la salsa?

Definitivamente. En nuestros países sí la cuidamos. Y con más persistencia y más cariño. En Venezuela, Colombia y Perú hay una persistencia admirable. Además, aparecen nuevos grupos. Todo eso ayuda.

Don César Pagano junto a Martín Gómez, editor de contenidos de Salserísimo Perú. (Foto: Martín Gómez)
Don César Pagano junto a Martín Gómez, editor de contenidos de Salserísimo Perú. (Foto: Martín Gómez)

 

Foto de portada: Semana.com

 

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