Charlie Cruz: “Para hacer un éxito, una canción debe sonar diez veces al día en la radio”
El cantante boricua reclama más apoyo y difusión para el trabajo de los jóvenes salseros. Asegura que seguir viviendo del pasado es una amenaza para el movimiento musical.

Charlie Cruz se pasea por el centro de Lima tras saborear un bufet de comida peruana. Dice que lo primero que probó fue un cebiche. Su rostro evidencia felicidad. Ahora, detrás de un largo vaso de chicha morada, nos cuenta lo que le viene ocurriendo en su carrera musical. Uno de sus acompañantes nos advierte que voces con mala intención están criticando al muchacho por cantar los temas de Frankie Ruiz. Que Charlie se estaría colgando del legado del Papá de la Salsa. Y este es un tema espinoso. Es que muchas veces los tributos tienen aroma de facilismo o conveniencia.
¿Ese es el caso de Charlie? Él asegura que no. Tiene sus razones para defenderse. “De 500 personas, solo una me critica”. Él asegura que no lo imita, que los temas los interpreta con su voz y con muchísimo respeto. Pero, además, nos cuenta que ese respeto no lo compró hace un par de años o una década. Charlie conoció a Frankie desde la adolescencia, pues era amigo de su padre, el cantante Fonzi Cruz. Es que el joven salsero creció en un hogar muy musical y de mucha rumba; y siempre estuvo atento a la tertulia de los mayores, de personajes como Javier Vázquez o Yayo El Indio. También de Domingo Quiñones, a quien considera un hermano. Pero su principal alimento, confiesa, eran las canciones de Héctor Lavoe y Frankie Ruiz.
Como era de esperarse, el laboratorio de ensayo de Charlie fue la orquesta de su padre. Hacía coros. Y seguía conociendo a gente del ambiente. El pianista Martín Arroyo fue uno de ellos. Un día, en Nueva York, asistió a un concierto de Frankie. Martín Arroyo tocaba el piano y de pronto lo ve. En un descanso le dice: “Oye, quieres cantar un tema con Frankie…”. Minutos después Charlie cumplía el sueño de su vida: cantar con Frankie Ruiz el tema ‘La cura’. No recuerda qué fue lo que dijo en su soneo, pero sí tiene la escena en su memoria. “En la tarima también estaba Nora –de la Orquesta de La Luz– improvisando”.
En Puerto Rico
La islita llamaba. El muchacho dejó Paterson y se fue a Puerto Rico. La música seguiría siendo su mayor propósito. Empezó a trabajar con Domingo Quiñones. “Él es una explosión en el escenario. Junto a Gilberto Santa Rosa es uno de los grandes soneros de Puerto Rico. Tiene mucha elegancia”.
Pero aquí Charlie tiene algo más que decir. Conoce a Domingo por dentro, pues vivió en su casa y compartió con su familia. Solo tiene palabras de agradecimiento. Es consciente de los problemas adictivos de Domingo pero afirma que lo que él vio fue un padre de familia preocupado por sus hijos. “Las drogas son adicciones que van más allá del poder de una persona. Tienes que estar en sus zapatos. Después que se murió Frankie Ruiz, Domingo es uno de los cantantes más bravos que hay. Su matiz es único”.
Sergio George… y Frankie otra vez
En 1998 recibió la llamada de Sergio George. Lo quería probar en un proyecto nuevo llamado The Sir George Collection, donde le daba mucha relevancia a los nuevos cantantes. El concierto se realizó en el Manhattan Center y Charlie cantó junto a su tocayo Cardona el tema ‘Una aventura’. El show reunió a más de 6 mil personas y el cierre fue una descarga con soneros como Tito Nieves y Gilberto Santa Rosa.
La cosa pintaba bien. Y enseguida empezó a grabar sus primeras producciones. El primero fue ‘La magia de tu amor’ y luego vendrían ‘Imagínate’ y ‘Así soy’. En Perú no tuvo el eco que hubiera querido, por eso el hombre ahora toma al toro por las astas.
El disco ‘Huellas’, grabado en el 2013, es quizás uno de los que más se comenta entre los melómanos. Incluye temas de Frankie Ruiz, pero algo más: contiene canciones que el Tártaro no llegó a cantar pero que se quedaron ahí, archivados.
La historia de este disco fue así. Él estaba en una sala de grabaciones y por asuntos técnicos tuvo que buscar otra. Llegó al estudio que maneja Vinny Urrutia, que curiosamente era el ingeniero de todos los discos de Frankie Ruiz. Cuando escuchó cantar a Charly, le dijo: “oye, pero tú voz se parece a la de Frankie. Tienes un aire. Fíjate que yo tengo los temas que Frankie no terminó de grabar”. A Charlie se le escarapeló la piel. Urrutia le dijo que lo converse con los compositores a ver si le daban el permiso. Ellos aceptaron gustosos. Semanas después vería la luz el disco ‘Huellas’ con cuatro temas en la voz de Charlie: ‘Labios de púrpura’, ‘Locos como yo’, ‘Me rindo’ y ‘Hay que seguir pa’ lante’, que lo hace a dúo con Domingo Quiñones.
Sin miedo
Lo que vino en adelante fue una plena identificación del cantante con el repertorio de Frankie. En sus conciertos la gente siempre le pide que interprete algo del Papá de la Salsa. Él los complace. Ahora está promocionando en Lima una versión de ‘Tú con él’. Aunque nos pide que le pongan atención también a una canción propia que se titula ‘Tengo miedo’. Aunque en su carrera él no teme seguir dando la batalla.
No obstante, reclama que las radios programen más a los talentos jóvenes. Le fastidia que poca gente en los medios se esté preocupando en programar a los nuevos valores. Dice que adora a Héctor Lavoe, Ismael Rivera y a Frankie Ruiz, pero que ellos no van a estar tocando en vivo en una discoteca. Por eso, los jóvenes de hoy deben recibir el mismo respaldo que, por ejemplo, obtuvieron Eddie Santiago o Willie Gónzalez, que no hacían salsa de la mata, pero fueron apoyados. «Para hacer un éxito, una canción debe sonar diez veces al día en la radio y durante seis meses por lo menos. Así vamos a lograr a meter a los nuevos cantantes”. De lo contrario, reconoce el artista, seguiremos matando a la salsa.
Foto de portada: Ray González