Cheo y Gonzalo, luchadores por la causa salsera
Cheo Linares y Gonzalo Martínez se conocieron en La Salsa Mayor y coinciden en que Joe Ruiz fue uno de los más grandes cantantes de salsa que tuvo Venezuela.
Cheo Linares no llegaba a los 20 años de edad cuando algo inesperado le ocurrió. Otro jovencito, Gonzalo Martínez, fue a su casa a buscarlo para invitarlo a cantar con La Salsa Mayor. Era 1983 quizás. Cheo asegura que su tía fue quien abrió la puerta y luego le avisó: «Oye, Cheo, te buscan. Están preguntando si quieres cantar en La Salsa Mayor…». Cheo, descamisado, salió. No lo podía creer.
Hoy, en el 2023, cuarenta años después y detrás de una taza de chocolate, Gonzalo y Cheo sonríen contando aquel episodio que selló una amistad a prueba de balas. Ambos aseguran que trabajar con Leo Pacheco, el líder de aquella orquesta, fue enriquecedor. Aprendizaje y anécdotas de todo tipo. Por ejemplo, en el Lp que La Salsa Mayor publicó en 1984 ambos aparecen en la foto de portada del disco, pero, curiosamente, no grabaron ninguna canción.
Gonzalo recuerda que en los años 80′, la salsa en Caracas se enfrentó al boom del merengue. Ellos fueron testigos de excepción. «Para sobrevivir, hasta tuvimos que cantar un poco del ritmo dominicano», asegura el cantante.
Los años corrieron y ambos colaboraron con distintos proyectos. Gonzalo se identifica mucho con la parroquia de Marín y con las callecitas de San Agustín. «No te imaginas la cantidad de músicos que ha aportado esta zona de Caracas a la salsa. Por ejemplo, más de la mitad del Trabuco Venezolano fue gente de San Agustín».
A lo largo de estas cuatro décadas, Cheo y Gonzalo le han hecho coros a una infinidad de artistas puertorriqueños y neoyorquinos. Conocen el teje y maneje de los espectáculos salseros en Caracas. Saben quién es quién. Tienen historias ‘off de record’ y esas solo se quedarán en el chocolate que acompaña.
A Cheo le pregunto por tres cantantes salseros que más admira. Menciona a Joe Ruiz, Nano Grant y Orlando Watussi. Gonzalo coincide en lo de Joe Ruiz. «Fue un gran improvisador y con una humildad increíble. Murió muy joven. Se lo llevó un cáncer». ¿Oscar D’ León? En opinión de Cheo, el Faraón destaca ampliamente en el estilo de cubano. «Oscar domina esa forma de cantar».
Cheo, además de cantante, es un compositor sin prejuicios. Varias de sus creaciones las ha interpretado Gonzalo. Pasa con facilidad de la temática amorosa a la temática social. ¡Ah! Y como siempre hay que reír un poco, no se corre de lo jocoso. «Tengo dos temas que se complementan: ‘Gallina vieja’ (da buen caldo) y ‘Gallo viejo’, que se amparará en un milagroso maíz azul. Es decir, tendrá su pastillita», bromea.
Gonzalo vivió un tiempo en Estados Unidos y trabajó con La India. De hecho, con ella visitó Perú. Sin embargo, su tesoro personal es el álbum que publicó en 2015 y al que tituló ‘Mi promesa’. Para esa placa, su compadre Cheo escribió varios números y estuvo en los coros y la producción. No, no ha sonado en las radios de Perú. Cheo, por su lado, tiene tres álbumes: ‘Aquí he llegado’, ‘Underground, sonero poeta‘ y ‘Venezoa soy’. Tampoco ha sonado en las emisoras comerciales.
Cheo alista un álbum de boleros, feeling y jazz. Pero tiene mucho material engavetado, como la historia de Caperucita Roja que al final se va con el lobo. Porque en la cabeza de este venezolano no hay límites. Eso lo sabe un chivo asustado que huye para proteger su cuero que ha sido condenado para convertirse en tambor.
El hit ‘Amor de feos’ en la voz de Gonzalo es la canción que abre su proyecto Calle Salsa. ¿Adivinan quién es el compositor? Acertaron, Cheo Linares. El arreglo es del experimentado Víctor Gámez. Me pone la canción al oído. Y hasta el celular baila.
La taza de chocolate se acabó. El golfeado y el queso también. Caminamos un rato por el centro soleado de Caracas. Llegamos al panteón donde reposan los restos de Simón Bolívar. Es un lugar que Cheo conoce muy bien porque al lado está su barrio de infancia. Se toma una foto y señala lo que fue su casa. Nostalgia.
Fue una mañana donde hablamos de todo un poco. La política no se escapó. Pero el enfoque desde Venezuela, sin duda, difiere ampliamente de la óptica peruana y quizás sudamericana. Hay problemas, sí. Y tan complejos como los que hay en Perú o en otros países. Cheo está convencido que esto no se trata ni de izquierda ni de derecha. Aquí hay un asunto que tiene que ver más con serios problemas de la humanidad. ¿Hay solución? Él es optimista.
Antes de despedirnos, les pregunto si les atormenta pensar en la fama. Coinciden que a estas alturas ya no les quita el sueño. Gonzalo promete llevarnos a San Agustín, ahí donde su hermano Pablo compuso el número ‘Aquí empezó la cosa’ y que fue celebrado por el mismísimo Tite Curet Alonso. Sí, pero esa es otra historia.