A propósito de un encuentro con Reinaldo Hierrezuelo ‘Rey Caney’
El 23 de febrero de este año se nos fue Rey Caney y en esta nota compartimos la gratísima experiencia de haberlo visitado en su casa de Centro Habana.

Por: Martín Gómez
En nuestro último viaje a Cuba -enero de 2015- no podíamos dejar de visitarlo. Lo encontramos saboreando una cazuela de pollo. Su hija Milagros, gentil, nos permitió el ingreso a su casa. La palabra clave fue que veníamos de Perú. En casa de Reinaldo Hierrezuelo, saben del fanatismo de los peruanos por el dúo Los Compadres. Y entienden.
Al sentir nuestra presencia, Reinaldo se puso feliz. Su cazuela se convirtió en anticucho de corazón y él empezó a cantar un poquito. Emoción indescriptible. Y luego siguió con «Baja y tapa la olla» y bromeó con aquello de «míralos qué gordos están».
A diferencia de su ceguera, la luminosidad en su memoria persistía. «Hicimos historia en Perú»…»cómo está Felipe (Calderón)…», repitió varias veces esa mañana. Rey Caney le tenía un especial aprecio a Felipe, quien, a inicios de los años 90, lo hospedó en su casa de Zárate por un mes. Incluso, en señal de su auténtica amistad, la leyenda cubana le obsequió su Armonioso, instrumento de cuerdas que lo acompañó a lo largo de su carrera. Ese detalle selló para siempre el vínculo afectivo.
Alessandro Champín y Antonio Álvarez filmándolo todo. Fotos en la sala y el comedor. Nos roba la vista un impresionante cuadro de La Vieja Trova Santiaguera. Esa fue la última etapa de Rey Caney. Después recién vendría el boom de Buena Vista Social Club. Por eso, para quien gusta de la música tradicional cubana, el documental «Lágrimas Negras», de Sonia Herman Dolz, de 1997, es de revisión obligatoria. Allí está el germen de lo que, posteriormente, sería el éxito de Buena Vista y su ‘Chan Chan’ incluido. La Vieja Trova, a mediados de los 90, les abrió el camino. Y el líder era Rey Caney.
Para regocijo nuestro sí sabíamos frente a quien estábamos. Por eso, no le perdimos la mirada ni un minuto. Ya lo imaginábamos con la Sonora Matancera (“El que usted conoce no soy yo”) o descargando en el famoso Alí Bar donde alternó con Benny Moré. La leyenda cubana ha partido mientras algunos de sus pregones reverdecen en el exitoso Septeto Santiaguero, Grammy Latino incluido.
Aquel día de enero no pensamos que la visita había sido de despedida. El tiempo ha volado y no hemos vuelto a Cuba. Me cuentan que en La Habana la noticia entristeció, en especial, a las generaciones mayores. Es que Reinaldo era dueño de una voz y un carisma muy especial. La flauta humana se ha dormido. Pero nos ha dejado su particular sabor a caney ¡No se ha muerto, no!
Excelente homenaje mi estimado amigo Martín a quien en vida fue este gran cantautor cubano Reynaldo Hierrezuelo… Hay Compadres para rato…
Saludos, Yvan Sifuentes. A preparar candela!
Muy buen articulo mi hermano Martin,, se nos fue uno de los grandes de Cuba,, pero su musica se mantendra en nuestros corazones, y muchas gracias hermano por publicar articulos como este de nuestro pais que es el tuyo tambien!!!!…
Yunet: mi hermano cubano!… el Perú también es tu patria. Saludos desde Lima!
Como siempre usted Amigo Martín con las notas muy oportunas gracias, tratándose de una de las Glorias del Son Cubano mi buen amigo hermano «Rey Caney» Reinaldo Hierrezuelo se encuentra en el Reino de Dios junto a sus hermanos Lorenzo, Caridad y sus padres Julia y Nocolás ¡Hay Compadres para siempre!
Rey Caney deja un profundo legado, para los que gustan de esta musica, pero es que Cuba es una inagotable fuente de ritmos y melodias, que son patrimonios de los que respetamos nuestra cultura.
Escribió, Pedro González Polo, de La Chorrera, República de Panamá.
Estimado Pedro. Es un placer leer su opinión. Espero que pronto podamos estar en Panamá!
Gracias por sus palabras y por su amistad, Felipe. Un fuerte abrazo.