Diego El Cigala: el cantaor que hace bailar sin despeinarse

El español regaló una noche como muy pocas en nuestra capital. Un repaso entre su nuevo álbum de salsa, ‘Indestructible’, sus clásicos junto a Bebo Valdés, entre otros temas. Aquí la crónica de Salserísimo Perú.

El Cigala tuvo una oportunidad y la aprovechó. Luego de varios anuncios truncos, por fin llegó a Lima. Pasadas las 2 horas y media de show, en punto, el público estaba de pie y expectante en caso el cantaor de flamenco se atrevía a relagar una canción más. A su lado estaba la peruanísima Eva Ayllón, ambos acompañados por la Cali Big Band.

Por: Daniel Alvarez Ferrando

La gala empezó más tarde de lo anunciado. Media hora para ser exactos. El público estaba ansioso por ver a El Cigala en tarima. Lo bueno se hace esperar, dicen. El cantaor hizo su aparición y se sentó, luego solo se levantaría seis veces durante la noche.

«Feliz de estar con todos ustedes presentando ‘Indestructible’. Gracias por estar aquí y que pasen una feliz noche«, comentó, y empezó la fiesta.

‘Moreno soy’ fue la primera pieza. Los vientos, la percusión, el piano, los coros y las cuerdas: 10 puntos. Aplausos para La Cali Big Band de José Aguirre, que por cierto, no estuvo presente en el concierto. Siguieron ‘Juanito Alimaña’, ‘Inolvidable’, ‘El paso de Encarnación’ y ‘Periódico de ayer’, entre otras.

(Fotos: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)

Dieron las 9:20 p.m. cuando de pronto ingresó Eva Ayllón para interpretar ‘Si te contara’. Silencio en la sala. Ocho minutos después, aplausos. La voz de El Cigala en contraste con el criollismo de Eva fue un fórmula exitosa. Más aplausos. El Cigala se toma un receso y deja el escenario a nuestra compatriota. Ella le dedica a él y al público ‘La flor de la canela’.

Cuatro minutos después, Diego regresa con el mismo traje negro y su pañuelo rojo en la solapa. En las manos, un ramo de rosas para Eva como gesto de agradecimiento. Es hora de escuchar ‘El ratón’, originalmente interpretada por uno de los salseros más queridos en el mundo, el gran José Cheo Feliciano.




Esta canción le queda muy bien a la voz de El Cigala, pero todavía mejor la que sigue: ‘Lágrimas negras’. El clásico cubano, ese que se escucha en todas las esquinas de La Habana Vieja. Hasta ahí, el momento, quizás, más emotivo. La gente canta y regresan los aplausos. Diego termina su copa y, sin percatarse, se la cambian. Sonríe. La vio vacía, volteó, y la encontró llena. Es la magia de la noche en el Pentagonito.

En el mezzanine una abuelita grita: «Diego: ‘Dos gardenias'», el público ríe pero el cantaor parece no escucharla.

(Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)

Son las 9:50 p.m. y la percusión, los vientos, las cuerdas y los coros, abandonan el escenario. Ahora solo queda el pianista y El Cigala. Parece un duelo. A uno se le viene a la cabeza ese encuentro con Bebo. Seca su rostro con un pañuelo negro. Y entonces, suena ‘Te quiero, te quiero’, el clásico de Nino Bravo. Ahora el bravo es otro, es El Cigala.

En el repertorio le sigue ‘Cóncavo y convexo’, como un homenaje a Roberto Carlos. Y el cantaor pide otra copa. Ya no hay quien lo pare. Van 3 de 5 y él sigue incólume, sin despeinarse. Ya son las 10:14 p.m. y suena ‘Vete de mí’, de Bola de Nieve. La interpretación solo dejó elogios en el auditorio.




Dos canciones después, a las 10:19 p.m., reingresan los integrantes de La Cali Big Band. Entonces suena otra de Roberto Carlos: ‘Amigo’. Todo muy emotivo, hasta que ‘Hacha y machete’ corta de raíz el momento feeling. El éxito de Lavoe y Colón arman la fiesta nuevamente en el cuartel del Ejército.

Luego, ‘Indestructible’ «da por terminado» el show  a las 10:45 p.m. El público se pone de pie y aplaude mientras El Cigala reúne a sus músicos en el centro del escenario. Reverencia y más palmas para el nacido en España. La noche ya era inolvidable. Diego levanta la mano, se despide y se retira.

Todos lo aclaman. La gente lo llama por su nombre mientras aplaude. Nadie lo cree posible pero él regresa y no lo hace solo. Vuelve llevando de la mano a Eva. Detrás de ellos, sus músicos. Los espectadores que ya habían salido del auditorio regresan a la sala. Intentan reacomodarse, pero la mayoría está de pie.

(Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)

‘Dos gardenias’ es interpretada por la fabulosa banda caleña. La simbiosis entre Eva y Diego es un dulce para los oídos. La abuelita del mezzanine aplaude contenta. De pronto hacen un medley con ‘Bilongo’, de Ismael Rivera. Y del bolero pasan a la rumba. Todos lo celulares están encendidos en el Pentagonito. La señal de los teléfonos es baja. Todos están transmitiendo en vivo al mismo tiempo.




El show culmina con los cantantes y músicos abrazados en el escenario, entre los aplausos del público agradecido y fascinado por los picos emocionales, de la salsa al bolero, del bolero a la salsa. Nadie sentado. En resumen, un espectáculo para el recuerdo. Gracias Diego. Lima te espera con los brazo abiertos.

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