Llegó llegó llegó, Don Perignon, con su ‘Cultura y sabor’
El líder de la orquesta La Puertorriqueña conversó en exclusiva con Salserísimo Perú, en San Juan, Puerto Rico, sobre su nuevo disco en el que participan artistas como Víctor Manuelle, Gilberto Santa Rosa y Luisito Carrión, entre otros.

Por: Daniel Alvarez
Eran las 07:23 de la noche en la Isla del Encanto y Pedro Morales Cortijo, Don Perignon, me avisa que está afuera de la calle Cerra 809, en Santurce. Treinta años atrás, cerca al mismo lugar, el timbalero recuerda que estaba la oficina en la que trabajaba junto a Andy Montañez, el Niño de Trastalleres. Al lado de esta se encontraba la de El Gran Combo, y frente a estas las de Willie Rosario y Bobby Valentín. «Eso fue desde 1986 hasta 1991», cuenta.
Una época distinta a la de ahora, en todo sentido, relacionada a la salsa en la isla. Los discos se vendían por montón, no habían las redes sociales de hoy y los contratos se concretaban firmando un papel, después de buscar el mejor precio entre tantas orquestas importantes de Puerto Rico. Todo esto, en la misma calle Cerra.
A pocos días del Día Nacional de la Salsa 2019, don Pedro acaba de sacar un nuevo disco al mercado. Este se llama ‘Cultura y sabor’, y además de la actuación de sus ya reconocidos cantantes Rico Walker, Josué Rosado y Joe González, sumó la voz de Víctor Manuelle para el tema ‘Con mi salsa la mantengo’, canción con la que la Zeta 93 promociona el reencuentro de ambos para el 17 de marzo en el Hiram Bithorn.

«Esperamos mucho de la canción con Víctor Manuelle. No esperamos un milagro, porque sabemos lo que hicimos. Fue un disfrute tan grande realizar este disco, porque además tuvimos la participación especial de Gilberto Santa Rosa y Luisito Carrión en los coros. Así Víctor (Manuelle) podría hacer de la mejor forma sus pregones. Eso ha tenido un respaldo importante en la audiencia, que hasta el viernes pasado solo podía escuchar el tema en la radio. Hoy ya está disponible en todas las plataformas digitales».
Criado por una familia humilde en la calle Tapia 351 de Villa Palmeras -hoy un restaurante llamado ‘La casita blanca’-, Perignon recuerda, al pasar por esta dirección en su Mercedes Benz negro, que es allí donde le obsequiaron su primer timbal. Tenía 12 años y un amigo de su padre, que no era músico, se iba para Estados Unidos y vio como mejor opción el regalarle el instrumento que usaba por hobbie a un niño entusiasmado por la percusión. «Lo conocíamos cariñosamente como Nando. Nunca me aprendí el nombre de él, pero sé que todavía sigue vivo. Regresó a Puerto Rico y ahora vive en la zona costera».



Así como tuvo esta suerte a los 12, la tuvo también a los 17. Ya se había mudado a Carolina, en la 503 de urbanización Country Club -al lado de la casa de Gilberto Santa Rosa, que vivía en la 502-, cuando su vecina Gloria Raola de Montaner le da el dinero suficiente a sus padres para que le compraran su primer timbal profesional: un Lp. «Recuerdo que llegué al ensayo con mis compañeros y todos se quedaron impresionados. Estaba adelantado. En esos años un timbal costaba cerca de 250 dólares. Hoy, solo la funda te cuesta 200«, agrega.
Para esa época ya había formado su grupo «amateur» con Gilbertito, que apenas tenía 14 años. Por aquella época, ya se habían consolidado agrupaciones como las de Willie Rosario, Bobby Valentín, la Sonora Ponceña y El Gran Combo. Eran tiempos de apogeo en la salsa, donde los eventos se promocionaban a través de cartelones que iban de calle a calle o con fiches pegados en las paredes, «como en el Callao», dice. Todavía no era el momento de la radio, que, según cuenta, viene a tener importancia en la difusión de eventos a partir de 85, más o menos.

Entre regalo y regalo es que don Perignon inició su carrera como músico. Sobrino de Rafael Cortijo -uno de los más grandes músicos de Puerto Rico, inmortalizado por su trabajo junto a Ismael Rivera– Perín se considera afortunado de haber conseguido lo conseguido. Sabe que aunque no haya estudiado música y «el 80% de su conocimiento sea parte del don que Dios le dio», tiene claro que siempre se fijó como meta sobresalir en este campo. Es por eso que hasta este 2019 se siente orgullloso de siempre haber sido un director de orquesta y no un músico que haya acompañado. «Es la disciplina».
Pero qué le falta a don Perignon a estas alturas de su carrera. Piensa, medita, y la respuesta es la nominación a un Grammy. Su hijo tuvo ese galardón el 2018 que pasó por su álbum ‘La esquina del bailador’. Ahora, Pedro Morales Cortijo espera que esa misma suerte lo acompañe este año, poniendo como clave la particpación del Sonero de la Juventud, que hace unos meses ganó dos Latin Grammy por su disco ’25/7′.
«Aspiramos de que Víctor, por ese tema, tenga una nominación los Grammy, cosa que así nosotros también estaríamos participando. Es lo único que, tal vez, no tengo y que me gustaría lograr. Creo que este es el momento preciso. Tenemos el producto ideal para lograr esa nominación, que no es lo más importante, porque para mí lo más importante es ver a la gente bailar, es lo que más me llena. Pero sería interesante ver que Víctor pueda tener una nominación por su participación en el último disco de La Puertorriqueña«.