Edgar Berrío: «Rubby Haddock me preguntó por qué escogí su ‘peor época’ para armar el setlist»
El empresario colombiano habló con Salserísimo Perú sobre su encuentro con Rubby Haddock y contó todo lo relacionado a su confirmación en Las Leyendas Vivas de la Salsa 8.

Johnny Colón, Roy Carmona de La Conquistadora, David Cedeño, Johnny El Bravo, New Swing Sextet, Frankie Vásquez y Rubby Haddock son los artistas internacionales que tomarán Medellín para uno de los conciertos más gloriosos dentro del paraguas llamado Las Leyendas Vivas de la Salsa.
El festival organizado por Edgar Berrío y su equipo en Medellín, Colombia, y que los últimos años ha convocado a los que él llama «salseros del mundo». Y es que para las fechas de su evento, llegan fanáticos de todos los rincones: Europa, Estados Unidos, México, Puerto Rico y hasta del Congo. Nosotros no nos quedamos atrás, ya que de acá la delegación El Combo Perú siempre dice «presente».
A semejante concierto programado para el próximo 20 de abril ahora le llaman «la octava maravilla de la salsa». Y, por su puesto, no es para menos.
Ante el último anuncio de Edgar Berrío con la nómina final, donde también se incluye a Mario Kaona y su Killer Mambo -representando a Colombia-, Salserísimo Perú se puso en contacto con él y nos regaló unos minutos estando todavía en Orlando, Florida. En esta ciudad de los ‘yunaites’ se cerró el trato para regresar a Rubby Haddock a una tarima, más de 30 años después de su retiro.
Periodista (P): Edgar, hoy no estás en tu búnker, estás en Orlando. Cuéntanos, ¿qué fuiste a hacer por allá?
Edgar Berrío (EB): Hay un artista -que diría yo- de los íconos más grandes que tiene la salsa, por el que venia hace 4 años, más o menos, buscando convencerlo de ser parte de Las Leyendas Vivas de la Salsa. Al igual que muchos como Johnny Colón, La Narváez o Freddy Concepción de Sociedad 76, no hubo un sí de inmediato. Siempre hubo que perseverar hasta el punto de, como decimos en Medellín, caer cansón. Yo tenía un sueño con el maestro Rubby Haddock, y no solo yo, sino también todos los salseros. Algunos me decían: «falta la cerecita del postre. Algún día Rubby Haddock». Pero pasaba que Rubby Haddock llevaba más de 35 años diciéndole a todo el mundo que no.
P: ¿Y cómo fue que a ti te dijo que sí?
EB: Desde hace dos o tres años entablé conversaciones con su hijo, Rubby Haddock Jr., a quien le quiero agradecer mucho, porque sin su gestión no habría sido posible. La cosa es que hace dos años, cuando Edil Dicupé no pudo llegar a Leyendas, había una opción con Rubby Haddock. Diría que al 90% estaba nuestra posibilidad, pero como siempre he dicho, mientras no tenga la confirmación no anuncio nada. Inclusive ya le había contado a Coco, mi director musical, y de repente, me llaman y me dicen: «Edgar, este año no va a ser». Aun así seguimos insistiendo.
Hace un mes que estuve en México, su hijo me dijo: «Edgar, voy a estar en tal parte con mi padre, si quieres vienes, a ver si tú lo puedes convencer». Y compramos el pasaje México-Orlando para venir a hablar con el maestro Rubby, pero sucedió que su hijo se enfermó, lo hospitalizaron de emergencia y me dijo que no podíamos ir, ya que no me podían atender. Es por ello que no se anunció en Latina All Stars la nómina completa, porque yo igual abrigaba la esperanza. No había un ok, no había una luz. La única luz que había era de poder conocerlo y exponerle al maestro lo que era Las Leyendas, para que, al menos, contemplara esa posibilidad. Pero se cayó.
P: Entonces, ¿cuándo cambió la cosa?
EB: Ya sobre la marcha, en los acompañamientos que su papá le hacía donde el médico, él me dijo: «Vamos avanzando, le estoy mostrado los videos para que vea lo que es Leyendas, ya se está dando cuenta del nivel de concierto. Lo veo como que muy accesible, creo que lo vamos a lograr. Sería muy chévere que vinieras a hablar con él». Yo le pregunté que cuándo y me dijo que lo más pronto posible. Eso fue el jueves y le dije que listo, que el domingo estaba allí. «El domingo, entonces. Voy a hablar con él para que vayamos a almorzar, pues él ya conoce el tema. Pero creo que lo logramos», me decía Rubby Haddock Jr.. Y preciso, hermano. Se concretó la reunión, me vine con mi esposa para acá, para Orlando, y de la emoción al verlo al maestro Rubby Haddock, lo primero que hice fue hacer una venia (Berrío ríe). Llevaba una camiseta que decía su nombre y él me preguntó por ella a lo que le dije: «maestro, eso es una larga historia, usted no sabe lo que significa para nosotros».
P: ¿Cómo fue que cerraron el trato?
EB: Nos sentamos, comenzamos a hablar de muchas cosas… y en un punto me dijo: «tú qué quieres que yo haga en Colombia». Ahí empezamos. Y a cada pregunta que me hacía, yo le tenía la solución: «¿Pero no hay una orquesta?» -Maestro, yo le tengo la orquesta. «Yo quiero que hagamos esto…» -Se le hace. «Me encantaría tener esto…» -Se le pone. «Es posible que viajen…» -Viajan. Todo, todo, lo hacemos. Y me dijo algo curioso, Daniel, y estoy seguro que a todos los que vean la entrevista será igual. Pues me pregunta: «¿Por qué escogiste mi primera época, mi peor época… mis tres primeros álbumes?» (Berrío ríe) Y yo le dije que cómo que su peor época, si esa es una maravilla. (Berrío sigue riendo)
P: Jajajajajaja
EB: Y me dice: «A ver, muéstrame la lista». Se la enseñé y dijo: «Este tema ‘Si quisieras olvidar’…» Ahí yo le digo: «No maestro, ese es intocable». Entonces me habló para llegar a un trato y le respondí que sea uno en los que nos beneficiemos los dos. Me preguntó si le dejaba opinar sobre la selección, y le dije que sí, pero sin bajar ningún tema de la nómina, pues eso sí era intocable. Que si quería agregar uno o dos temas lo podía hacer, pero sin tocar alguno de la lista.
P: ¿Y qué te respondió?
EB: Me dijo: «Ok, vamos a hacerlo». El caso es que llegamos a un arreglo con los temas. Me habló de crecer la banda, que suene más grande. Se habló de números y llegamos al acuerdo con los números, e inmediatamente, sin un papel y nada que hacer, saqué un adelanto para que quedemos listos y recibió el adelanto, pero lo dejó en la mesa. No lo guardó (Berrío ríe). Me hizo un par de preguntas más, no lo guardaba, le respondía que ok, que íbamos a hacerlo… hasta que cogió y se guardó el adelanto (Berrío sigue riendo).
P: Ahí te sentiste más tranquilo…
EB: Claro, hermano. Entonces, seguimos hablando de unas cosas, tomamos un par de cervezas y me llevó como ocho álbumes que tenía en la casa, nuevos, para regalármelos y me firmó algunos.
P: ¿Con qué te quedas de este encuentro?
EB: Te digo, Daniel, que nosotros conocemos de Rubby Haddock lo musical, que ha sido perfecto. Pero cuando tuve la oportunidad de compartir con el maestro Rubby Haddock y su hijo, te digo que son unas personas que no te alcanzas a imaginar. La humildad, la sencillez, la calidad humana… Rubby es conversador, hace bromas… Entonces, es un sueño hecho realidad para mí. Y como creador de Las Leyendas vivas de la Salsa, también es un sueño el cumplírselo a todos los fanáticos del maestro. Él me dijo: «Edgar, voy a hacer un concierto espectacular para todos los colombianos». Y yo le dije: «Maestro, no son solo los colombianos. A usted lo anhelan todos los salseros del mundo».
P: ¿Crees que este sea el mejor concierto de Las Leyendas Vivas de la Salsa?
EB: Cada vez que hacemos un concierto decimos que vamos a partir en dos la historia de la salsa, pero creo que ya la tenemos picadita por tantos conciertos exitosos que hemos tenido. Después de concretar lo del maestro Rubby Haddock hablé con su hijo y me comentó que su padre estaba tan feliz como hacía muchísimo tiempo no lo había visto. Entonces, imagínate. Complacer a tanta gente, como son los salseros del mundo, que anhelamos tanto ver a un Rubby Haddock en tarima. Complacer al maestro Haddock y a su hijo. Indiscutiblemente, hermano, esto va a ser una octava maravilla.