Fernando Flores: «La religión no me prohibió tocar salsa dura»

El director de La Malanga, sabrosa trombanda que calienta las noches de la capital, conversó con Salserísimo-Perú sobre su retorno al circuito salsero local.

La Malanga tiene el aguerrido repertorio de la salsa de los años 70. (Foto: Mauricio Gil)

Hasta hace algunos años, La Efectiva era una de las orquestas salseras con mejor proyección en la escena limeña. Su formato de trombanda alborotó a los melómanos que gustan de ese estilo e incluso fue la primera orquesta en tocar en el auditorio ‘Mario Vargas Llosa’ de la Biblioteca Nacional del Perú.

Pero un buen día, Fernando Flores, trombonista y director, decidió ponerle fin. Los toques nocturnos y ese agitado ambiente habían minado su salud emocional. Una Iglesia fue su puerta de escape.

Se recuperó y ordenó su vida profesional. Le dio más consistencia a su participación en la Orquesta Sinfónica Nacional y decidió mirar desde otra perspectiva lo que acontecía con la salsa. De paso, aprovechó para darse cuenta que a veces la decepción es parte del juego de la vida, de ese azar del que Daniel Santos, el Inquieto Anacobero, nos ha cantado –y contado– más de una vez.

“Se ha dicho por allí que una religión me prohibió seguir tocando salsa. Eso es completamente falso, a mí nadie me prohibió nada. Yo soy cristiano protestante y allí no se prohíbe nada como muchos piensan. Mi decisión fue personal, pues a veces hay que priorizar cosas. Yo decidí por mi vida. El ambiente nocturno, en ese entonces, no me favorecía y necesitaba fortalecerme en lo espiritual. Luego de La Efectiva tomé un descanso de las malanoches pero nunca dejé la música ni el trombón pues soy trombonista de profesión. Hoy tampoco me creo Superman, pero estoy más sólido para poder trabajar en las noches y hacer la música que me gusta”, nos cuenta.

Luego de La Efectiva aparece la Orquesta Vaya casi con los mismos músicos. ¿Qué sentiste?

A mí me pareció ilícito que se quiera engañar a la gente diciendo que La Efectiva había cambiado de nombre. Recuerdo que tuve que denunciar en Youtube que unos videos de La Efectiva, donde incluso estaba yo, aparecían con el nombre de Orquesta Vaya. Le escribí a Youtube y ellos me pidieron documentos que sustente mi reclamo. Hice ese trámite en Indecopi y, luego de analizar el caso, me dieron la razón.

¿Los músicos no te pidieron retomar La Efectiva?

Sí, muchas veces me llamaron para pedirme que reabriera la orquesta porque sentían diferencia, pero como ya manifesté, en ese entonces, yo estaba en otra cosa.

Antes de La Efectiva, tú habías integrado la primera etapa de Sabor y Control.

Así es, integré Sabor y Control desde antes que sacaran su primer disco. Grabé todo el trombón de su primera producción en el año 2006. Pero esa historia terminó porque, en opinión de Bruno (Macher), director de Sabor y Control, yo no tenía puesta la camiseta de su orquesta, porque a la vez tocaba con otros grupos y, además, según su punto de vista, me faltaba mucho en el arte de los solos. También recuerdo que me decía que su banda no tocaba covers sino de temas propios y a su estilo. Y eso es muy cierto, su estilo es muy peculiar.

¿Luego se han vuelto a ver?

Después de mi salida solo me lo encontré una vez, fue en un festival de trombón que se hizo en el Conservatorio Nacional de Música en el año 2011. Yo me acerqué a saludarlo. No tengo nada contra él.

¿Antes de Sabor y Control, en qué otras agrupaciones participaste?

Pasé por varias orquestas de barrio no conocidas donde me fogueaba. En esos años lo que más recuerdo es cuando reemplazaba a mi amigo Roger Barrios en la orquesta La Novel y mi paso corto por la orquesta Markano. Estamos hablando de 1996-1997 aproximadamente.

En esa época hubo un local que se puso de moda entre los salseros bravos: Soledad 4.40.

Claro, el buen Lucho Jiménez nos llevó a tocar allí un domingo por la tarde. De noche, ese lugar funcionaba como night club.

¿Mantienes contacto con Luis Jiménez?

No, la verdad que no. Pero te cuento que un día, en los años 90, cuando iba a su casa, en Surquillo, a escuchar música, le dije que estaba pensando en hacer una orquesta y él me recomendó ponerle La Malanga.

Y cobró vida muchos años después.

Así es. Cuando regresé de mi retiro espiritual pude seguir con La Efectiva pero me gustan los desafíos. Cuando entré a dictar clases a la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), sentí mucha carga por la relación entre los jóvenes y la música latina. Me dije: algo tengo que hacer. Así empiezo con La Malanga y estoy trabajando para que estos jóvenes músicos lleguen a lograr cosas incluso más grandes de lo que conseguí con La Efectiva.

La Malanga apunta principalmente a los amantes de la salsa tradicional. (Foto: Fernando Flores)

¿Cuál es el concepto de esta nueva banda?

Es una apasionada propuesta por el sonido de las trombandas y el aguerrido repertorio de la salsa de los años 70 básicamente. Más allá de la identificación emocional del salsero exigente, trata de ir en contra del inmediatismo, la moda y el mercantilismo de la música latina. Trata de conservar la raíz y apunta a los bailadores, melómanos y coleccionistas de salsa dura. Su repertorio se compone de canciones compuestas, en su mayoría, de las décadas del 60 y 70. El propósito es que este movimiento siga vigente en su esencia original y que la gente joven conozca y se motive por seguir esta corriente.

Algún detractor te diría que eso no es evolucionar.

Yo toco en la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú y allí tocamos música bastante antigua. En la música, en general, hay obras maestras y obras que no dejaron huella. Yo toco salsa de las décadas del 60 y 70 porque me parecen creaciones de muchísima importancia. La selección del repertorio es muy cautelosa. Y no se trata de tocar canciones de dichas décadas solo por tocar. Se trata de conservar su esencia y de no obviar sus elementos fundamentales: cadencia y afinque. Sin ellos, mejor no se toca nada.

En tu opinión ¿qué le falta al músico peruano, en especial al que ejecuta salsa?

Aquí hay excelentes músicos, el detalle es que no basta con tener mucha técnica. La técnica es fundamental pero en el caso de la salsa falta que se adentren en el movimiento. Actualmente no es tan complicado conseguir grabaciones. A los músicos de La Malanga siempre les digo que no se limiten a escuchar solo lo que tocamos sino que vayan más allá, que profundicen.

¿Se puede vivir de la salsa en el Perú?

Definitivamente, la salsa está mal pagada en el Perú. Yo también soy lingüista de profesión, sanmarquino y con orgullo, pero agradezco a Dios que me permite vivir de la música. Además de tocar en la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú y enseñar en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), toco con artistas y agrupaciones. Pero, debo decir que no podría vivir exclusivamente de la salsa. Eso es lamentable.

¿Quiénes son tus referentes musicales?

De la vieja escuela, Barry Rogers, José Rodriguez, Joe «Chickie» Fuentes, Jerry Hernandez y todos los trombonistas no famosos de orquestas como Brooklyn Sounds, Orquesta Tentación y las orquestas de Nueva York de las décadas del 60 y 70. De los actuales Willie «El Loco» Alvarez, Rey David Alejandre y Eliut Cintrón.

Pensé que en algún momento mencionarías a Juan Pablo Torres.

Él era buenísimo, su trabajo es fenomenal, pero es más para lo melódico. Yo tengo el 90% de sus discos y me encantan, pero lo mío es más el sonido neoyorquino.

Cuéntame, ¿quiénes participan en tu delantera de cantantes?

Juan Carlos «El Perro» Calderón fue quien me sorprendió en un examen de la UPC donde fui jurado; Giannico Chávez, excelente cantante sugerido por nuestro conguero Antony Borda; Víctor Conde, exalumno de la UPC, que si mal no recuerdo lo recomendó Andrés Yarnold trombonista; y Joselo Samaniego, tremendo cantante que oí una vez en la Casona del centro de Lima con Kalambuco Ensamble.

Finalmente, ¿qué preparativos para este primer aniversario de La Malanga?

Estoy feliz de poder reencontrarme con gente que no veo hace mucho tiempo. Valoro la amistad con el público y estoy expectante de conocer gente nueva con ganas de adentrarse más en la música latina. El viernes (18 de setiembre) vamos a evocar a Heriberto y su Saoco, Eddie Palmieri, Markolino Dimond, Ray Barretto y los clásicos de Colón y Lavoe. Espero que salgan satisfechos.

Por: Martín Gómez

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