Frankie Ruiz, el de la voz única
El cronista caleño cuenta un breve encuentro con el Papá de la Salsa, en Cali. Hoy se cumple un año más de la partida del cantante nacido en Nueva Jersey.

Por Umberto Valverde
En mi novela Quítate de la vía perico hay un capítulo titulado “Tirándote flores”, situado en la discoteca Los Compadres, el sitio de moda en Cali en los finales de la década de los ochenta, cuando un grupo de personas, jóvenes que nacieron en barrios populares, tomaron un poder inusitado basado en una economía ilegal.
“Le ganamos a la vida”, era la frase que se repetía en las mesas y en los baños, mientras se abrazaban con sus amigos, felices de tener el poder de dar rienda suelta a sus caprichos, como se decía en la calle, carro, casa y beca.
“Y como lo hacen, yo no sé
Cuál es el negocio, yo no sé
Y cómo lo hacen, yo no sé…”
Era la voz de Frankie Ruiz, la voz de moda, cantada casi que al unísono, con emoción, con picardía. Era el poder de la fiesta, de la ebriedad, de la vida y la muerte.
En ese contexto social la voz de Frankie Ruiz fue la más escuchada, más que sus contemporáneos, pioneros en esta variación romántica de la salsa, Eddie Santiago y Lalo Rodríguez.
Una historia insólita me ocurrió con Frankie Ruiz, una vez fuimos a escucharlo, pero en ese frenesí de la noche, nos olvidamos de los músicos, las jóvenes hermosas vestidas de seda, con cadenas de oro y lociones que se regaban por el piso coparon la atención.
A media noche, estaba en el baño, inmensos para que la actividad social tuviera espacio, le comenté a Roberto: “Frankie Ruiz no se presentó o qué?”. De repente, alguien me extendió la mano y me dijo: “Yo soy Frankie Ruiz, te vi en la mesa, en primer lugar”. Y, nos abrazamos. Así eran estos tiempos.
Frankie Ruiz se murió muy joven, a los 40 años, estuvo en la cárcel, se lo llevó una cirrosis y su paso por el mundo fue una tormenta.
Tenía una voz única, cantaba con felicidad, muy pocos cantantes tienen esa expresión, uno siente con sus temas que se encuentra en una discoteca, pasándola bien.
“Tú eres la rueda….
Yo soy el camino”.
Frankie Ruiz hizo música para bailar. Por lo menos así le correspondió en Cali, Colombia, en una década donde todo, presuntamente, era felicidad. Claro, después sería tragedia, pasado, ahora es un recuerdo, lejano, que no volverá.