Grupo Madera: cuarenta años después de la tragedia

El 15 de agosto de 1980, el río Orinoco, en la selva venezolana, se tragó a once integrantes del grupo Madera, conjunto musical que pasaba por su mejor momento. La desgracia dejó en silencio a un país.

A lo largo de cuarenta años, Madera se ha convertido en un ícono de la cultura en Venezuela.

Por: Martín Gómez V.

La tragedia del grupo Madera, en Venezuela, se parece a la tragedia del Club Alianza Lima, en Perú. Música y deporte. Llanto y dolor. La conexión del tambor y el protagonismo afrodescendiente. Los culpables que no aparecen. El silencio cómplice de las autoridades. Lo que Madera pudo haber logrado de no haber naufragado aquella embarcación en el río Orinoco. Lo que los jóvenes futbolistas del Alianza Lima hubieran conquistado de no haberse caído el avión Fokker en el mar de Ventanilla.



En 1977, el barrio Marín, en San Agustín del Sur, era testigo de cómo la salsa se convertía en el ingrediente principal de sus vidas. El eco del sonido neoyorquino mantenía su hechizo en los barrios sencillos de Caracas. La Dimensión Latina, Los Dementes de Ray Pérez y tantas agrupaciones hacían lo suyo. Hervía el ambiente.

Pero Juan Ramón Castro, Ricardo Quintero y Nelly Ramos, por citar algunos de sus fundadores, soñaban con algo más. Un proyecto musical y cultural sostenible. De integración. De reivindicación del tambor y de los ritmos afrovenezolanos. Un proyecto musical con mensaje. Porque en el barrio la exageración de la rumba también incluye a gente pensante. Que cuestiona lo que ocurre en su entorno. Y ese fue el proyecto.



Así nació el Grupo Folklórico y Experimental Madera, siendo la primera actuación el 18 de noviembre de 1977 en la Casa Monagas. Tras más de cien actuaciones e infinidad de talleres, Madera se empezó a meter en el gusto de la capital de Venezuela. “No era fácil ser negro y pobre en Caracas”, declaró alguna vez Nelly Ramos.

De ahí que canciones de unidad como ‘Compañeros’ o ‘Canción con todos’ elevaban al máximo la palabra integración.Los estrategas del disco le recomendaban a Juan Ramón Castro variar un poco el estilo, hacerlo más comercial. Pero Juan Ramón, testarudo, no claudicó. Su gente tampoco.

Las carencias en el barrio Marín de pronto habían cambiado. La abundancia del ritmo la tenían en Madera. Eso era un orgullo para ellos. Además, ya Maderita, el brazo infantil del proyecto, trabajaba con los niños.

El día de la tragedia

De pronto un día el destino, la imprudencia -y acaso el sabotaje- le pusieron la pausa que Madera jamás esperaría. Los músicos estaban al sur de Venezuela, iban rumbo a San Fernando de Atabapo, hoy parte del estado de Amazonas. Y en esa compleja ruta, un 15 de agosto a las 8.00 a.m., les tocó subir a la falka ‘Esther’  desde el puerto de Samariapo.



Crónicas periodísticas de la época, señalan que no habían avanzado mucho, apenas cinco minutos, y la nave ‘Esther’ empezó a naufragar. Pánico. Tripulantes que abandonaron a los pasajeros. Chalecos salvavidas que se quedaron en un almacén cerrado. Desesperación y minutos de zozobra que nadie quisiera vivir. Y el Orinoco llevándose los sueños, el talento y los hijos queridos del barrio Marín.

Carlos Daniel Palacios, el cantante, fue sobreviviente de la tragedia. Lo mismo que Felipe Rengifo, ‘Mandingo’ y Marcela González. Sin embargo, once de los integrantes de Madera perdieron la vida. Nelly Ramos no viajó y se salvó. Pero perdió a sus tres hermanas: Tibisay, Alejandrina y Nilda. Los sobrevivientes han narrado en varias ocasiones que los indígenas los salvaron.



Pero no solo Madera iba en la embarcación. También estaba la agrupación El Chichón. Y Armando Carías, otro sobreviviente, declaró hace algunos años para cancioneros.com , que él siente que se desdobló. “Yo me veía desde arriba ahogándome, en posición fetal, hasta que no supe nada más de mi”. Sin embargo, unos indígenas en una pequeña embarcación -que navegaban cerca del lugar-, lo rescataron. «Me llevaron a la orilla, llegué a una casita donde me atendieron otros indígenas que me dieron ropa, porque hasta la ropa había perdido. Los indígenas fueron los únicos que fueron a nuestro salvamento, no fue nadie del puerto de salida”, recuerda Carías.

Venezolanos y hermanos latinoamericanos no olvidan la tragedia.

El dolor después del dolor

Lo inexplicable hasta hoy es que no existan responsables. Algunos dicen que el grupo Madera no era bien visto por el gobierno de turno liderado por Luis Herrera Campíns. La suspicacia se completa con la nave en sí, que pertenecía a la Fundación del Niño, organización dirigida por la primera dama de la Nación, Betty Urdaneta de Campíns. Y la conclusión de muchos es: los pasajeros se pudieron haber salvado de haber actuado rápido.

Jesús Guzmán ‘Paicosa’, vecino de Marín, hoy alienta todas las actividades que permiten tener en la memoria al grupo Madera. En conversación con Salserísimo Perú, declaró que este año han vuelto a ingresar a la Fiscalía General de la República un nuevo pedido para que se retomen las investigaciones y, por fin, se castiguen a los culpables.



“Nosotros estamos seguros que no fue un accidente como tal, sino fue un vil homicidio por parte del gobierno de turno. Que se confabuló, precisamente, para frenar toda una lucha de venezolanidad -que Madera inspiraba-. Paicosa refiere que en 1980 estaba muy joven, pero que de algún modo veía (al Grupo Madera) como unos maestros. “Es importante que se sepa que el legado más importante no es simplemente una discografía sino que hay toda de una herencia social y cultural que, precisamente, nosotros venimos desarrollando. El mejor homenaje que les hemos rendido en estos cuarenta años es el trabajo permanente siguiendo sus sueños e ideales para construir una patria mejor”.

A lo largo de estas cuatro décadas, Madera ha recibido múltiples homenajes. En el 2012, Mauricio Silva logró que Carlos Daniel Palacios, el cantante sobreviviente, grabe un videoclip del tema ‘Canto al Madera’. El recordado sonero de Marín también formó parte del poderoso Trabuco Venezolano. Pero para reanudar su vida tuvo que pasar por muchas terapias psicológicas. Hoy está apartado de la música y se entregó a la religión.



La dupla Cheo Feliciano y Tite Curet Alonso también reivindicó a Madera en el número ‘Sobre una tumba humilde’. Cuando Cheo interpretó en vivo este tema en Venezuela, el público no aguantó sus sentimientos. «Allá en el barrio Marín, mi gente de Venezuela, todavía se oye un cantar, es el del grupo Madera, mira, que son de primera…».

‘Paicosa’ afirma que hoy sábado habrá una misa a las 4 de la tarde en el barrio de Marín. Los hijos predilectos de San Agustín del Sur no han sido olvidados por su gente. Como los talentosos ‘potrillos’ del Alianza Lima que permanecen vivos en el barrio de La Victoria, en Lima. Lágrimas de un lado y de otro. Proyectos que se frustraron ante el destino y la complicidad del ser humano. Responsables que aún no han pagado por lo ocurrido. Como diría Rubén Blades, dos historias distintas, dos tragedias iguales.

Integrantes del Grupo Madera que fallecieron:

Jesús (Chú) Quintero, Ricardo Quintero, Luis Orta, Ricardo Orta, Lesvy Hernández, Alfredo Sanoja, Juan Ramón Castro, Héctor Romero, Alejandrina Ramos, Nilda Ramos y Tibisay Ramos.

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