Rockeros, fuera: salsa y discriminación musical
¿Un salsero clásico tiene apertura y puede disfrutar de otras sonoridades? Veamos lo que plantea Marco Gózar.

Quizá tarareé esa frase, pero no recuerdo haberla dicho con encono, animadversión o señalando a alguien con ánimo despectivo: ¡Rockeros, fuera!
No fue mi grito de guerra cuando entré con fuerza a la salsa, pero sí es cierto que yo había inventado un coro más agresivo y mortal: “¡Bienaventurados los salseros por tener un oído tan exquisito, pues no somos del montón y por ello es nuestro el reino de los cielos!”.
Cada vez pienso más que si esa frase “Rockeros, fuera” constituía un golpe de desprecio a los amantes de un género musical determinado, lo mío era genocidio de amplio espectro pues, ¿no fue la afirmada superioridad de unos grupos sobre otros lo que justificó, y justifica, tantas muertes, agresiones y desuniones?
En este contexto, fue paradójico que el escuchar cada vez más salsa me condujera a la muy grata tarea de oír también otros géneros musicales. Y digo esto, pues pasé casi sin darme cuenta de ser una especie de sacerdote protector y fiscalizador del buen gusto musical a ser un mortal común y corriente que encuentra su divinidad en el simple acto de sentir el milagro de la música. Sí, de la música, no de la salsa, no del rock, no de un género musical en especial.
Habiendo transcurrido ya “algunos” años en contacto con la salsa he sabido descubrir que la salsa tiene la gran virtud de motivarme a explorar otros géneros musicales y que, además, se complace en acompañarme en esas travesuras, motivándome a serle infiel, pues sabe que mientras más cuerpos sonoros recorra, mejor sabré hospedarme cuando retorne a su vientre.
Mi amor y pasión por la salsa no hace que discrimine a otros géneros musicales. Por el contrario, ese amor y esa pasión se convierten en una fuerza musical que me impulsa a reconocer y conocer los favores que otras playas melódicas me ofrecen con generosa apertura.
¿Discriminación musical? ¿Géneros musicales mejores que otros? Depende cómo quieras disfrutar la música. En mi caso, he aprendido a disfrutar la salsa escuchando otros géneros musicales. Muchas veces estas visitas han sido efímeras, y qué bueno que haya sido así pues cuando regreso a la salsa lo hago con una capacidad amatoria auditiva distinta. Pero a veces me he quedado en el tálamo de otros ritmos, exhausto de tanto sorprenderme y con ganas de no salir de ese lecho melódico. Y no siento remordimiento. No siento remordimiento porque tengo la seguridad de que la salsa siempre me recibirá feliz porque sabe que retorno a ella más completo y, sobretodo, más exigente.
Este asomo a pequeña autobiografía tiene un motivo especial: que conozcan cuál es mi perfil musical, cuál es el tipo de relación que tengo con la salsa y cuál será la fisonomía de mis colaboraciones con Salserísimo Perú, pues he sido invitado muy generosamente a acompañarlos con publicaciones periódicas las cuales, por cierto, tendrán como protagonista a la salsa, pero relacionada con diversos aspectos y eventos que me permitan mostrarla con muchos trajes, pero también, por qué no, sin trapos y hasta desnuda. Así es la música.
Mientras le daba los últimos ajustes a estas líneas, cosa que me tomó toda una tarde, noche y media madrugada, puse en el tornamesa algunos discos de vinilo de grupos y orquestas de cumbia peruana y chicha. No encontré mejor manera de homenajear a la no discriminación musical: quienes somos de Perú y estamos de los cuarenta años para arriba sabemos a qué me refiero.
¿Sabían ustedes que una de las manifestaciones de la discriminación musical consiste en creer que uno es mejor que otro porque escucha un género musical determinado? ¿Sabían que otra forma de discriminación consiste en creer que una canción se debe escuchar en un soporte determinado (el vinilo, por ejemplo), pues en otros (el digital, por ejemplo), la melodía se echa a perder? Estos temas los desarrollaré más adelante. ¡Qué viva la música!
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Qué interesante lo que escribes amigo; la verdad es que disfrutar de distintos géneros musicales requiere de muchas horas de escuchas, paciencia, tolerancia que siempre -afortunadamente- raen consigi una inmensa recompensa, como bien lo expresas en tu artículo. Sí que existe tal dsicriminación, tal creerse más porque escuchas tal o cual música, pero estamos nosotros, los amantes de las sonoridades que nos dejamos envolver. Saludos desde Caracas.
Es un tema polémico y hasta filosófico. Así como ese no sé qué maravilloso que nos sacude el alma y que acelera nuestra sangre por la salsa nos hace permanecer en su mundo, así la curiosidad por buscar sonoridades para refrescar nuestro espíritu, nos hace disfrutar de un momento de variedad y de descanso. Pero es un misterio inexplicable ese, el de permanecer fiel a la salsa y de expresar muchas veces con orgullo que este género musical es nuestra vida entera. Me he dado cuenta que el salsero es muy criticado por esto, pero nadie critica a los rockeros cuando hacen alarde de su género musical predilecto. Fue por esto que un día Tony Vega gritó en la canción BUSCA EL RITMO: «¡rockeros fuera, fuera!». Y dijo esto emocionado por la música predilecta de nosotros los latinos: LA SALSA.
Yo diría mas bién: Regetoneros Fuera!!!!!!
interesante nota mi estiamdo soy melomano de salsa y esucho rock el rock de doble nueve la radio rock en lima pero no esucho ni escuchare genros musicales como chicha o cumbia no discriminio ellos tiene su publico bien por ellos pero si hablamos en terminos futbolisticos no es muisca de one level como la salsa o el altin jazz ellos juegan en segunda division asi de simple asio lo veo que viva la salsasa y el buen rock