Marvin Santiago sigue cantando en la Máquina del Sabor

Entre el 30 de enero y el 1 de febrero de 1987, El Sonero del Pueblo realizó presentaciones en la Máquina del Sabor, línea de salsódromos que funcionaba bajo la batuta del empresario Boris Gómez.

Anuncio publicado en el diario Ojo, en su edición del 21 de febrero de 1987. (Foto: Antonio Alvarez F. / Salserísimo Perú)

Por: Martín Gómez

Hace treinta años, Marvin Santiago le enseñó a los limeños cómo darle fuego a la jicotea . También nos invitó a su mágico auditorio azul y pintó de cuerpo entero su corazón solidario cuando pregonó aquello de celebrar la libertad de un amigo. Él mismo, en ese momento, estaba festejando su salida del presidio, pues desde 1980 había estado confinado en la cárcel por una acusación de posesión y tráfico de drogas. Aunque lo de tráfico siempre lo negó.



Lo cierto es que Marvin ya estaba en Lima y bajo la inversión del promotor Boris Gómez, propietario de la Máquina del Sabor. Era fines de enero de 1987 y el cantante había llegado junto al empresario cubano, Avelino Pozo, y el músico Santiago Colón.

La disquera Iempsa, con doña Zayda Candela, jefa de marcas internacionales, estuvo atenta a esta visita. En las radios, fue incesante la promoción del artista. Walter Rentería, locutor de la época, recuerda que Fuego a la Jicotea, Vasos en colores y Auditorio Azul eran temas muy solicitados por los oyentes. “En esa época yo trabajaba con Koko Giles y no te imaginas cómo sonaban los teléfonos de la emisora”, recuerda. También nos cuenta que fue Giles quien presentó a Marvin en todos sus conciertos.



Eloy Jáuregui, autor de Pa´ bravo yo, libro de crónicas salseras, cuenta que él tuvo el privilegio de ver a Marvin horas antes de su presentación en la Máquina. “Justo me había ido con unos colegas a almorzar a la playa La Herradura, a la Máquina que estaba en Chorrillos. Al rato, veo que en la otra mesa estaba Marvin. De inmediato me acerqué a los músicos Carlos Nunura y Oscar Pitín Sánchez que estaban en pleno toque con su orquesta. Sí, porque en la Máquina del Sabor había salsa en vivo desde temprano. Y les digo: “maestros, se han dado cuenta que en una de las mesas está Marvin Santiago”. Ellos recién se percataron, se acercaron a saludarlo y lo invitaron a cantar al menos un tema”, refiere Eloy. Lo que se formó en ese momento fue de antología. El periodista se ha quedado con esas imágenes grabadas para siempre. Pero hay algo más. Ese día Eloy estaba con su fotógrafo en pleno trabajo, pues estaban editando un suplemento dedicado a la salsa para el diario La República. Marvin fue generoso que hasta permitió que le tomaran fotos en la playa y bailando. Y de esa sesión salió la carátula de dicho suplemento. Quizás una de las mejores tardes salseras que vivió Eloy en su vida.



Otro personaje que vio de cerca a Marvin fue Walter Andrade Salcini, Waltiño, el salsero nacional. En ese momento, Waltiño tenía 24 años de edad y era integrante de Son Duríssimo, orquesta que acompañó a Marvin en esas jornadas. Completaban la delantera nada menos que Raúl ‘Popeye’ Villarán, Julio Barreto y Raúl Serrano. También estaban Oscar Nieves en la percusión, entre otros bravos músicos. Y todos bajo la batuta del saxofonista Andrés Yataco. La orquesta funcionó como un reloj. Waltiño dice que esa agrupación era como una ‘selección peruana’. Él asistió con su mamá. «Ella me pidió que la llevara. Era hincha de Marvin».



Andrés Yataco asegura que Marvin lo único que pidió fue una botella de agua y un secreto para la garganta: un poco de sal. También señala que el intérprete de ‘El hombre increíble’ quedó encantado con los cantantes locales, especialmente con Waltiño que le paraba haciendo bromas con ese famoso grito de batalla: ‘Ave María…’

¿Cómo respondió el público? Walter Rentería asegura que la Máquina del Sabor –tanto la ubicada en la avenida Venezuela como la de La Herradura– se repletaron. Waltiño afirma lo mismo. Sin embargo, doña Zayda Candela indica que Boris Gómez, el empresario, no quedó conforme. Que lo de Marvin para él fue pérdida.



Lo curioso es que un reporte del diario El Comercio del martes 3 de febrero de 1987 titula “Marvin Santiago volverá en julio”, en alusión a que el artista había pegado y muy bien en la escena limeña. Sin embargo, Marvin Santiago no regresó nunca más. Quienes asistieron a sus presentaciones tendrán su propia historia de lo vivido. Hay voces que señalan que el Sonero del Pueblo también cantó en el Palacio Latino del centro de Lima, pero los músicos aquí entrevistados aseguran que eso no ocurrió.

Treinta años después, Waltiño nos confiesa que se quedó con las ganas de llevarlo al Callao. Eloy, en cambio, sigue saboreando su tarde con Marvin en La Herradura. Andrés Yataco, desde el saxo, extraña esa época dorada de la salsa en Lima. Y Walter Rentería todavía siente ese abrazo de despedida con el cantante boricua en el aeropuerto Jorge Chávez. Hoy, luego de tres décadas, estos recuerdos cobran vida. La Máquina del Sabor ya no existe, pero seguramente el alma del cantante habita en alguna tarima popular, allí dónde está su pueblo. ¡Linda, melodía!





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