Oscar D’ León y La Dimensión Latina: un gran reencuentro, pero…
Más de 10 mil personas abarrotaron el Poliedro de Caracas para ver el show de Oscar D’ León y La Dimensión Latina. Esta es la crónica de Salserísimo Perú.
Llegué al Poliedro de Caracas con ‘Mata siguaraya’ en la cabeza. Cómo olvidar ese número incluido en el álbum ‘Dos colosos en concierto’ y que la TH sacó a la venta en 1981. Aquella fue la última vez que Oscar D’ León y La Dimensión Latina actuaron juntos. Y el lugar fue, precisamente, el Poliedro de Caracas.
Muchos recuerdan aquel concierto como uno de los mejores de sus vidas. Por ahí anda Oswaldo Silva, quien tomó muchas fotos. Por ahí deambula más de un salsero anónimo que quizás estuvo en aquel noviembre de 1980 y que volvió por la segunda dosis 43 años después.
A las 10.45 p.m. empezó el bloque estelar esperado. Humo danzante como intro y un mambo dedicado al pianista Franklin Infante ‘Sammy’. Magnífico homenaje al querido músico que murió cuando faltaban pocos días para el show. Enseguida un televisor de la época lanzó imágenes del recuerdo y luego una cuenta regresiva jugó con las emociones. El Poliedro estuvo a punto de estallar. En escena, César Monges, Joseíto, Elio Pacheco, Rojitas, Wladimir y Rodrigo Mendoza. Detrás, una amplia orquesta, la banda de Oscar.
‘A pasarse un pollo’ fue el tema de inicio. Pensé que lo cantaría Oscar, pero no. Rodrigo Mendoza fue el encargado. En la delantera, además de Wladimir y Rodrigo, estuvo Rojitas. Apoyó en los coros. Lamentablemente, su trombón lo tiene en pausa por problemas de salud. Monges estuvo en la dirección musical y tampoco tocó el trombón. Aunque, en ese momento, pensé que más adelante sí lo haría. Contra todo pronóstico, ‘Llorarás’ fue uno de los primeros números que sonó y también lo cantó Rodrigo. Por cierto… ¡Qué voz!

Una pausa breve, muy breve y ahora sí, el Sonero del Mundo, en tarima. El Poliedro se derrumbó en aplausos. Sí, es el artista salsero más famoso de Venezuela y uno de los más queridos a nivel mundial. Desde ‘Paranpanpán’ hasta ‘Sigue tu camino’, cada canción ícono de su etapa con La Dimensión fue disfrutada de cabo a rabo. Oscar lloró antes de interpretar ‘Juancito Trucupey’. Recordó a Oswaldo Ponte, su manager fallecido. Se secó las lágrimas con una toalla. Cantó y bailó. «¡Increíble la vitalidad de este hombre!», dijo alguien por allí. Una enfermera -Yosemar- grita diciendo que ama al pelón. Una pareja baila acompasada en la tribuna, a mi lado, en la ubicación del pueblo. En las mesas de la zona VIP, cada boleto costó alrededor de 300 dólares. Tres botellas pequeñas de Corona a diez dólares y que siga el show.
Piano y trombones anuncian ‘Pensando en ti’ y Oscar evoca a Jesús Narváez, Chuito, otro músico que ya no está. Fiesta de recuerdos. Por mi memoria pasa el Lp de Cheché Mendoza, fundador de Los Satélites, y quien grabara este número antes que La Dimensión Latina. «Aquí en Caracas estoy, pensando solo en ti. Y tú, linda mujer, no pensarás en mí…».
En adelante, la dinámica fue un par de números de la etapa con La Dimensión y otros números de Oscar D’ León como solista. El ambiente se puso más predecible. Sonaron ‘Detalles’ y ‘Yo quisiera’ También salió a bailar Iroska -La Mazucamba- hija de Oscar. César Monges siguió coordinando en la mitad del escenario. Murieron mis esperanzas de verlo tocar el trombón. Días después me contó que hace dos años no lo hace por cuestiones de salud.

La orquesta de Oscar estuvo impecable, aunque algunos se quejaron por la calidad del sonido. Pero eso es asunto más técnico. Para mí, todo era nuevo. ¿Cómo habría sido aquello de Angel Canales en este mismo lugar? Sin duda, la mejor época de la salsa en Venezuela, cuando aquello de Zona VIP y palcos premium no existían.
‘Flores para tu altar’, ‘Frutero’, ‘Te conocí’, ’Mi negra está cansá’, ‘La piragua’, ‘Don Casimiro’ o ‘Taboga’ fueron otros temas incluidos en el repertorio, en una jornada que duró cuatro horas. Hubo un set de boleros. Wladimir gigante. Su ‘Carta a mi adorada’ siempre emociona. Pero el cansancio a veces juega en contra. Vi una pareja durmiendo. A sentarse y acomodarse. No sé si Oscar se daba cuenta, pero anunció: «el que no baila con esto, no baila con nada». Sonó el Ran Kan Kan de Tito Puente y comprendo -otra vez- que lo mío es el mambo.
Por fin apareció ‘Mata siguaraya’. Extrañé otra vez a Monges. Lamenté la situación de Rojitas. Y no, la emblemática canción no tuvo el impacto que tanto soñé. Algo faltó. Ese ‘algo’ que los salseros solo comprendemos cuando se nos escarapela la piel. Quizás capricho de melómano, quizás capricho del tiempo.
Pero volvamos al gran motivo del show: el reencuentro. Y aquí los detalles -como la canción- importan. ¿Por qué Oscar no utilizó el mismo traje que sus compañeros de La Dimensión? Él, cantando, durante la noche, mencionó que esta era una unión para siempre. Entonces ¿por qué la diferencia? Hubiera sido hermoso aplaudir a cada integrante de La Dimensión, uno por uno. A ratos vi al maestro Elio, al lado del percusionista, sentado y agotado, como pensando: ¿y a qué hora termina esto?
Los minutos pasaron y se acercó el cierre. Y esto, debo reconocer, sí arrancó uno que otro lagrimón. ‘Alma llanera’, la voz de Oscar, la orquesta y una bandera. Una bandera que en estos tiempos se pasea por el mundo y arruga corazones. Una foto con todos juntos para el final. Momento eterno. Un sector del público abandona el Poliedro. Son casi las tres de la mañana. Y la gente pide otro tema más. Oscar toma el micrófono, suelta rimas y sentimientos. Y lo que muchos ya vaticinaban, sonó: ‘Mi bajo y yo’.
Y ahí acabó la historia del reencuentro. El 12 de mayo de 2023 fue el día elegido. Invershow lo logró. Pero hay aspectos que, seguramente, deberá pulir. El espectáculo de Oscar D’ León y La Dimensión Latina es muy atractivo para cualquier plaza salsera. ¿Un concierto en el malecón de La Habana, por ejemplo? ¿Debería participar Andy Montañez? Todo es posible.
TRES CORTITAS
- Durante la conferencia de prensa, el artista -entendemos que Oscar- revisó primero las preguntas de los periodistas. Desde la organización, se sugirió plantear interrogantes ‘amables’ y que no generen polémica, pues se trataba de una celebración.
- Algunos boletos de reventa se ofrecían fuera del Poliedro a 100 dólares.
- El concierto fue abierto por el joven cantante Lion Lázaro y le siguió Joseph Amado con clásicos del repertorio de Héctor Lavoe.
Foto de portada: Invershow