En este barrio ponceño se preserva el legado de Pete El Conde Rodríguez y de los más importantes cantantes de Puerto Rico. Salserísimo Perú conversó con Peewee, quien se encarga de mantener este lugar, como él dice, a pulmón.

Por: Martín Gómez V.

Cada vez que Pete El Conde Rodríguez pregonaba ‘De La Cantera de Ponce, vengo yo, con este ritmo caliente…’, a Jorge Borrero se le erizaba la piel. Esa alusión a su barrio en ‘Quítate tú’, el clásico de Fania All Stars, lo llenaba de orgullo. ¿De La Cantera? ‘La Realeza de la Salsa’ sacaba del anonimato a este lugar y hacía alarde de su origen ponceño en el corazón de Nueva York. “Y quién no va estar orgulloso”, me cuenta Jorge hoy, en el 2017.

Jorge, a quien también conocen como ‘Peewee’, dice que conoció en persona a Pete El Conde en 1988. “Lo fui a buscar a Río Piedras. Fue emocionante. La voz del Lp de Fania, de los años 70’, por fin estaba frente a mí. Lo invité a La Cantera, en especial al club del barrio. A él le gustó eso, pues era regresar al sitio donde creció. En adelante, siempre nos visitó”.

¿Cómo era él?, le pregunto. Sin dudarlo dice que Pete era una persona muy sencilla. “Venía, compartía con nosotros, jugaba dominó. Se comía su arroz con pollo y habichuelas”. Entre Pete y ‘Peewee’ la barrera del artista y fanático se borró y nació la amistad. Cuenta que el club se volvía una fiesta cada vez que El Conde llegaba.

En 1990, ‘Peewee’ y sus amigos le organizaron un homenaje y Pete los visitó con toda la familia, incluso su señora madre. “Ese día fue especial. Fue una jornada deportiva y salsera. Nosotros teníamos una maratón y Pete se encargó de anunciar la partida. Después vino la salsa. En la tarima, él vestido totalmente de blanco se puso al frente de la orquesta del maestro Oscar Ríos. Eso fue para no olvidarlo nunca”, confiesa ‘Peewee’. Toda La Cantera gozó con las canciones de su hijo predilecto. La fiesta terminó después de la 1 de la mañana. Y Catalina La O no se quería ir.

‘El Peewee’, de 57 años de edad, está casado con María Elena Colón y tiene tres hijos. Todos son salseros en casa y el nombre de Pete El Conde es respetadísimo. Comparten las labores de la limpieza del club, donde abundan las fotos y los recuerdos del cantante. También hay imágenes de Lavoe, de Cheo Feliciano y Quintana. “Esta tierra es cuna de cantantes”, dice. “Aquí todos los domingos se arma el vacilón. Hacemos nuestra rumbita, compartimos la comida y así pasamos el fin de semana”.

No niega que falte ayuda de alguna institución cultural o de las autoridades, pero mientras tanto ellos se siguen fajando, a pulmón, por el altar de sus soneros. Si en 1990, el barrio reventó de algarabía, diez años después, en el 2000, la historia fue distinta. Pete regresaba en un féretro para su despedida. “Todo fue muy rápido. Yo lo había visto hace poco y lo noté bien de salud. Pero un paro cardíaco se lo llevó. La que nos avisó fue su hija Cita Rodríguez”. La Cantera, probablemente, no ha visto más caras tristes que ese día. Los honores siguieron luego en el Parque de Bombas, la zona más céntrica de Ponce. Y Pete se marchó con sus pregones al cielo de tambores. En La Cantera, cada 2 de diciembre, lo recuerdan. “Colocamos sus canciones y también fomentamos un reconocimiento a los valores de la salsa que aún están en la brega. Este 2017 se lo dedicaremos a Manix Martínez”, afirma ‘Peewee’. Le pregunto si Johnny Ortiz, el compositor de ‘Catalina La O’, los ha visitado alguna vez. Nos dice que no. Que les gustaría que alguna vez fuera, pero hasta el momento no. Mientras tanto ‘Catalina La O’ deambula en el imaginario del barrio. Pete El Conde también y advierte, como siempre, que no olviden que viene de La Cantera de Ponce. Y Peewee, cómo no, se llena de orgullo.