Ramón Avilés: “Caíto me dijo «usted canta mucho mejor en vivo que en el disco»» [VIDEO]

El bolerista peruano, que este sábado 18 de junio ofrecerá un recital en la Derrama Magisterial, nos contó cómo fue su paso por la Sonora Matancera, en Nueva York.

Ramón Avilés estuvo en el centro de Lima y conversó largo y tendido con Salserísimo Perú. (Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)
Ramón Avilés estuvo en el centro de Lima y conversó largo y tendido con Salserísimo Perú en el restaurante Los Vitrales. (Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)

Por: Martín Gómez

Y pensar que yo te di mi juventud / los mejores años de mi vida. Quien conoce la historia del bolero en Perú, debe recordar de inmediato esta canción que fue un éxito en la voz de Ramón Avilés. “Imagínate que al principio no quise  grabar boleros, yo andaba en los valses…”, comenta. La historia se imponía. Don Oscar Avilés, la primera guitarra del Perú, fue su padre. Y doña Rebeca Isusqui, una dama de voz brillante, su mamá. La evidente influencia criolla lo acunó desde sus primeros años. Pero los aplausos vendrían, sobre todo, desde la orilla romántica del bolero. Un buen día, alguien lo escuchó cantar y le dijo: “tú debes grabar boleros”.

En la disquera Sono Radio, Mario Cavagnaro también le aconsejaría lo mismo. Es más, don Mario le presentó al pianista Manolo Ávalos y allí empieza a despegar la historia de Ramón. Grabó un LP completo de boleros que por título llevaría su nombre y apellido. Ese fue el inicio. Sin embargo, poco tiempo después ingresaría nuevamente a sala de grabaciones para ponerle su voz al clásico bolero ‘La Primera Piedra’ en el lado ‘A’. Faltaba completar el disco 45 RPM y aún no había nada decidido. Por aquellos días, lo visita a su casa el compositor chiclayano Manuel Jiménez. Le dice que acaba de escribir una canción. Le entrega la letra en un papel donde había comprado un kilo de azúcar. “Me puso letras grandes. Y, originalmente, no empezaba con el coro ‘dónde estás Yolanda’. Empezaba con “Tus ojos me miraron…”. Fue Manolo Ávalos quien le hace el arreglo y antepone el coro que ya todos conocemos…”, recuerda Avilés.

A propósito ¿quiénes le hicieron los coros?

Rubén de Alvarado y Carlitos Miranda. Ellos me han hecho coro en muchas de mis canciones. Justo hace poco falleció Carlitos. Me encontré en el velorio con Rubén. Hay una bella amistad.

Rubén también cantó con la Matancera ¿Algunas vez han hecho un show matancero juntos en Perú?

Sí, una vez nos llevaron a Arequipa. También participó Betty Loyola, una gran cantante. Salió muy bien.

¿Por qué no se han vuelto a reunir con ese  propósito?

Hay varios factores. Pero uno de ellos, y no voy a decir nombres, es que aquí hay músicos que se creen dueños del repertorio de la Matancera. 

¿Quién fue Manolo Avalos para usted?

Es el creador de mi estilo. A él le debo mucho.

‘Dónde estás Yolanda’ también fue grabado por la mexicanísima Sonora Santanera.

Sí, pero eso fue después. Sono Radio, que tenía relaciones comerciales con CBS México, les envía el disco. Y allá, se lo hacen llegar a la Santanera. Se vuelve popular y todo. Incluso, cuando el público mexicano escucha mi versión, pensaron que yo la había copiado. Fíjate.

Ramón Avilés lleva en la sangre el talento de sus padres. (Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)
A lo largo de su trayectoria, Ramón Avilés ha pegado temas como “Resignación”, “Te espero allá en el bar” o “Yo volveré”. (Foto: Antonio Alvarez F./Salserísimo Perú)

En su repertorio hay una guaracha sabrosa llamada “Mi Chalaquita”

También es composición de Manuel Jiménez. A él le grabé varios temas. Los arreglos son de Manolo Avalos. Siempre he tratado de cantar de todo.

Vayamos a su encuentro con la Sonora Matancera. Cuándo y dónde fue.

Eso fue el año 1972. En Perú ya tenía un nombre, pero decidí buscar nuevos horizontes. Llegué a Nueva York y empecé a indagar qué era lo que estaba pasando musicalmente. Fue así que me dicen que la Sonora Matancera estaba por allá. Y justo el manager era Fernando Rubio, un peruano. Busqué entrevistarme con don Rogelio Martínez. Él, gentil, me recibió en su casa. Le llevé mi disco. Lo colocó en su equipo y me dijo: “sabe usted que mi tornamesa no funcionaba, estaba rota. Y ahora, con su disco, ya se arregló. Eso significa algo, chico”.

¿Y cómo sale lo de cantar con ellos?

Por esos días, me salió una presentación para el hotel Statler Hilton. Me llamó  un empresario y me contó que, además, estaría también la Sonora Matancera. ¡Ah! dije… yo voy hasta de gratis. Cuando llegó el día de la presentación yo fui con mis arreglos. El maestro Rogelio los vio y se los entregó a Lino Frías. No habíamos ni ensayado. Pero don Rogelio me dijo, vamos al ritmo, lo tarareamos un poco y listo. Ese fue el inicio. Y alterné con ellos por más de un año.

¿Quiénes estaban en la delantera de la Matancera en ese momento?

Roberto Torres y Yayo El Indio. Y en los coros Caíto.

¿Y a nivel de músicos?

Aún estaba Papaíto. También Elpidio Vázquez, Lino Frías, Angel Alfonso Furias ‘Yiyo’. Unos bravos.

¿Hiciste amistad con alguno de ellos?

Con varios de ellos. Pero con Caíto mucho más. Una vez lo llevé al sitio donde yo vivía. Y, como todo joven, impetuoso, le presenté mi LP. Me dijo: “a ver, vamos a escucharlo….”. Lo oímos y después de un rato opinó: “El disco le hace daño a usted. Porque usted no canta así como el disco. En vivo usted canta mucho mejor que el disco”. Eso fue lo que me dijo.

Nueva York vivía el boom de la salsa. 

Claro, con la Matancera recuerdo que hicimos un mano a mano con el Gran Combo de Puerto Rico. Eso fue en el Nueva York Casino. Me acuerdo que esa noche no fue a cantar Roberto Torres y lo reemplazó Wuelfo. Se tocaba 45 minutos y se bajaba. Así eran los toques.

¿Alguna anécdota esa noche?

Sí, cuando me tocó cantar, más o menos en el minuto 41, ingresé con el bolero “Sigue de frente”. Y cuando termino, no sabes los aplausos del público. Yo me bajé por respeto a la Sonora, pues sabía que nuestro tiempo se había terminado. Pero volteo y la Sonora seguía allí escuchando los aplausos. Don Rogelio me miraba a mí y también a la gente. Entonces, Rogelio me hace una señal para regresar a la tarima y repetimos la canción. Había que complacer al público. Varios minutos después, en el descanso, me encuentro a don Rogelio en la barra y me dice: “Avilés, le voy a decir algo, hace muchos años que a un cantante de la Sonora Matancera no le hacían repetir la misma canción”.

¿Fue muy bohemio en esos años?

(Risas)…Y quién no. Sí, tuve una vida algo disipada. Pero, felizmente, hace muchos años sigo el camino del Señor.

Ramón Avilés celebrará este año su 50 aniversario y su voz la mantiene intacta. Quien lo quiera ver en vivo, no puede dejar de asistir este sábado 18 de junio a la Derrama Magisterial. Se anuncia un desfile de artistas a partir de las 7 de la noche y marcará también el inicio de los festejos por sus Bodas de Oro en el canto. El artista añade que quiere ver a sus amigos en vida. Que si le van a llevar flores, que se las lleven para que él las pueda oler. Ramón no pierde la chispa. Es herencia de sus padres. Y él está feliz.

*Agradecimiento: Restaurante Los Vitrales

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