Renzo Padilla llenó de pregones el jirón Atahualpa, en el Callao
El Borincaico fue el invitado especial de la orquesta K’llao Salsa en su reciente presentación en el primer puerto. El cantante demostró todas sus cualidades en el arte de improvisar y puso a gozar al barrio entero. Aquí la crónica de Salserísimo Perú.

Por: Martín Gómez
El barrio de Atahualpa está de fiesta. Dos carpitas en cada esquina y los parlantes al pie de murales salseros completan una escenografía con personalidad propia. Quienes llegan por primera vez, no dejan de pensar en la seguridad. Quienes viven allí, saben que es otro domingo de salsa, aunque esta vez con orquesta en vivo.
Y hoy el barrio está caliente. Desde Nueva York llega el exitoso cantante Renzo Padilla. Sí, el peruano que se hace llamar el Borincaico y que ha hecho coros en Fania All Stars. Tiene temas propios y quien lo escucha notará que lleva la vena salsera de Héctor Lavoe. El Callao lo quería conocer en persona. Y él hace tiempo quería pisar las calles del puerto. Ayer domingo fue el día.
Antes del show, una patrulla de la Policía Nacional del Perú llegó al sitio para indagar qué pasaba. La autoridad con mirada de desconfianza, el barrio con una sonrisa salsera y con la serenidad de quien no ha cometido una falta. ‘El Salsa’, personaje del lugar, conversa con los policías y minutos después estos se retiran. El público aplaude y las palmas en clave no se hacen esperar.
La orquesta ya está lista. Es K’llao Salsa. Dos trombones, dos trompetas, percusión mayor y menor. La temperatura está en 28 grados y una guajira cae súper bien. Pilsen Callao a cinco soles y, por favor, no pierda el envase, nos dice el muchacho que la vende. De paso nos obsequia un caramelo de mentol. Hay gente de la zona y salseros que han llegado de distintos barrios de Lima, incluyendo una profesora de una universidad particular que afirma que nunca imaginó pararse en esta esquina del Callao. Sí, es un barrio difícil. Pero en Atahualpa, como en todas las esquinas de Lima, también hay gente que transpira la camiseta del trabajo honrado. La profesora mete el prejuicio en su cartera y ahora baila en su sitio y hasta corea un clásico de Ismael Rivera.
La agrupación de Yamandú Blaka luce mejores vientos que percusión. Y su delantera de cantantes es muy regular. Pero está allí, animando la fiesta, poniéndole su ritmo al domingo que se desborda en cebiche y cervezas. Las chicas bailan y algunas compite en lucir el mejor tatuaje. Si se precisa de servicios higiénicos, una vivienda está lista para atender el apuro por 50 céntimos. Todos felices y a seguir con la rumba.

Llegó, por fin, Renzo Padilla. Aplausos, la gente pugna por una foto. El borincaico afirma que es un honor cantar en Atahualpa, que el ‘Chim Pum Callao’ es la frase guerrera que se conoce en todo el mundo y que él está allí para complacerlos. Un, dos, tres… y suena “Llora”. Llorando / vendrás arrepentida / la traición no se perdona. Esta vez los coros se afinaron más. Renzo improvisa y bromea con la gente. Alguien contabiliza que esta canción ha durado 30 minutos.
La jornada está en su mejor momento. Renzo se toma un respiro y conversa un poco. De inmediato viene el segundo regalo. Es el clásico “Aléjate”. Alber Mendoza, mi amigo de infancia, aplaude y se revuelve en recuerdos. Contigo yo he tenido mala suerte / y en mi corazón duele como espina…/. Renzo se enciende más. Los bailadores están embrujados. He visto a Aldo ‘Bongó’ Alarcón levantar su bandera nacional. En otro rincón, Alberto Colonia revolotea con su gente chalaca. En la pista, las chicas de los tatuajes corean: “No te quiero más”…Y el jirón Atahualpa está de candela. Renzo sonea y pregunta si se cansaron. Pero el pueblo nunca se cansa. Entonces Renzo regresará al fuego con “Pa’ bravo yo”. Niños, adolescentes y señorones danzan con el orgullo en la piel. Sí, porque aquí hay niños de cuatro años que gatean al ritmo de la Fania. Y recuerdo las palabras de un colega que está convencido que el Callao es otra cosa. Que “Sigo siendo”, el famoso documental de Javier Corcuera, estuvo lindo pero que no contempló nada de la herencia salsera en el puerto. Y es cierto. Capaz es ocasión para que el cineasta aborde una segunda parte.
Renzo Padilla no se va. Ahora se ha montado Juan Canevello y esas tumbadoras hasta parece que llegan con ecualizador. Son casi las cinco de la tarde. Los efectivos de la Policía Nacional recomendaron terminar temprano. K’llao Salsa hace un llamado para entonar el himno del Callao y saluda a Jorginho Mendoza del Combo Espectáculo Creación. La fiesta en Atahualpa se va terminando. Locales y visitantes alistan el brindis final. En las inmediaciones vemos a los exfutbolistas Carlos “Kukin” Flores, Alfonso Yañez y Miguel Rebosio. Hoy la salsa ganó por goleada. El mejor de la tarde fue Renzo y su potencia para improvisar. Y el fair play –o juego limpio– se lo llevó el barrio. Así da gusto regresar.