La Sonora Matancera recibió el año con apagón incluido
Hace tres décadas la agrupación liderada por Rogelio Martínez se presentó en nuestra capital. Aquí los detalles de una noche que muchos melómanos aún recuerdan.

El año 1987 fue recibido por todo lo alto en Lima. Frankie Ruiz y orquesta, Irakere y la Sonora Matancera fueron las tres agrupaciones que pusieron en aprietos a la fanaticada peruana. No fue fácil tomar una decisión.
Sin embargo la anécdota más curiosa sucedió en la presentación de la Sonora Matancera en la Hacienda Villa, hasta donde llegaron Rogelio Martínez y compañía.
Los numerosos asistentes al baile de Año Nuevo, vestidos impecablemente, esperaban en sus asientos la hora del clásico grito de «feliz año» cuando de pronto explotó el grupo electrógeno y todo se volvió en tinieblas.
Jorge Eduardo Bancayán, locutor y fundador del recordado ‘Hit Parade Latino’, estaba como animador del show y recuerda que cuando ocurrió lo del apagón la gente quedó asombrada. «Pensó que era una sorpresa. Encima yo dije: ‘feliz año’, jajaja, como si hubiera estado preparado. Luego me tuve que ir a esconder por la broma pesada. Jaja. Pero averigué bien y le expliqué al público lo sucedido», narra.
Rogelio y compañía se incomodaron, detalla Bancayán, pero luego comprendieron que fue un problema de una mala manipulación del generador.
Era la tercera vez que Bancayán presentaba a la Sonora. Ya lo había hecho en 1974, cuando abrió la ceremonia por los 50 años de la Matancera en el club Caborrojeño de Nueva York; y en 1979, en la gira en Perú por Iquitos, Piura, Chiclayo, Trujillo y Lima.
De las tres orquestas internacionales que llegaron para aquella fiesta de fin de año, fue la Matancera la que más público congregó. Su inmenso repertorio aseguraba una noche de baile y sin parar. Una fórmula bien utilizada por la agrupación de Rogelio.
¿Pero en qué se basaba ese éxito arrollador en venta de discos y sinnúmero de éxitos?. Esa fue una pregunta que le hizo Ricardo Mocho Bustamante al propio Rogelio una tarde de 1975 en el teatro 9 de octubre de Guayaquil, Ecuador. «El secreto es tocar los números en los bailes, si el público lo baila, ese número va al acetato. Sino, se queda. Así de simple, chico», le respondió el cerebro de la mítica sonora.
Esa noche en la Hacienda Villa, antes del apagón, habían unos 1.500 asistentes esperando, precisamente, bailar esos éxitos que catapultaron a la Matancera.
Durante el inconveniente la gente impaciente empezó a retirarse del lugar en busca de nuevas opciones para celebrar el nuevo año. «Despúes de media hora de espera impaciente se arregló el problema arrancando el espectáculo nuevamente. En la delantera estuvieron Yayo El Indio y Caíto, quienes alternaron con los nacionales Rubén de Alvarado y Vicky Jiménez», cuenta una nota publicada el 2 de enero en el diario Ojo.
«Luego de solucionado el inconveniente, estimo que fueron 800 personas las que apreciaron y bailaron hasta el final con la Sonora», agrega Bancayán.
La Sonora tocó hasta las 5.00 a.m. aproximadamente. «A pesar del apagón, la Sonora demostró que no ha perdido la esencia de antaño y aún ocupa un lugar privilegiado en los corazones de los amantes de la música tropical romántica», finaliza el diario Ojo.