“Tommy Olivencia nos engañaba”, asegura su excantante
Simón Pérez, una de las voces de La Primerísima, confesó varios episodios difíciles que le tocó vivir al lado de uno de los músicos históricos de la salsa.
Lo cuenta todo. Simón Pérez es uno de los cantantes que pasó varios años entrando y saliendo de la orquesta de Tommy Olivencia. Discrepancias entorno a los pagos fue el detonante para que conserve aún el recuerdo de los malos ratos que vivió en esa etapa de su carrera.
En entrevista exclusiva concedida a Salserísimo Perú, Pérez manifestó que él ingresó horas después de la salida de Chamaco Ramírez de la agrupación. Era mediados de los años 70’, la orquesta de Tommy era ampliamente solicitada y al inicio todo fluyó muy bien.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el pago de sus honorarios empezó a verse afectado. En una ocasión, asegura Pérez, solo le pagó la mitad de lo acordado. Esas faltas reiterativas provocó que dejara la orquesta e ingresara en su lugar Gilberto Santa Rosa.
Con el joven cantante -según Simón Pérez– ocurrió lo mismo. Incluso, Gilberto se habría despedido con una carta de renuncia donde indicaba por qué dejaba La Primerísima.
Simón Pérez también se refiere a cómo el director de la orquesta engañaba a dos de sus músicos con el dinero que les entregaba. “Cortijito y Endel Dueño, en esa época, no sabían sumar. Y Tommy les pagaba con 97 billetes de un (dólar o peso)…”. De igual modo, el cantante reveló que en una ocasión su compadre Paquito Guzmán le tiró un puñete a Tommy por este tipo de acciones.
Con La Primerísima, Simón Pérez realizó varios trabajos discográficos y pegó temas como ‘Atrevida’, que interpreta junto a Paquito Guzmán; ‘Evelio parte dos’ o ‘Aún es tiempo’. Su forma de cantar, muy parecido al estilo de Chamaco Ramírez, le ganó el respeto de los melómanos.
Precisamente, el sábado 2 de abril, el cantante actuará en Medellín, Colombia, en el festival Las Leyendas Vivas de la Salsa que tiene como invitado a Agustín Arce, un músico veterano con quien Simón realizó varias grabaciones a inicios de la década del setenta. Cuando la salsa empezaba a cobrar fuerza. Cuando no imaginaba los dolores de cabeza que le daría, más adelante, Tommy Olivencia.